1- Introduccion:
“Todas Las Enfermedades Comienzan En El Intestino”
Hipócrates
El aparato intestinal está protegido por una membrana con funciones muy importantes para nuestra salud. Entre ellas la absorción de nutrimentos, la producción de enzimas digestivas, de ciertas vitaminas y de anticuerpos, los cuales actúan como primera línea de defensa contra infecciones.
Esta membrana tiene cierta función permeable, si no fuera así no podríamos absorber los nutrimentos de los alimentos que ingerimos, y está programada para rechazar sustancias que, al ser absorbidas, podrían dañar el cuerpo. Sin embargo, los hábitos alimenticios y de vida que tenemos y el medio ambiente en el que vivimos pueden, fácilmente, inflamar y dañar esta membrana dando como
resultado un intestino demasiado permeable.
Cuando la membrana intestinal se inflama, pierde su propiedad protectora y su capacidad de absorber nutrimentos, de producir enzimas digestivas y de crear el ambiente perfecto para que los microorganismos que habitan en nuestro interior convivan en armonía. Con un intestino demasiado permeable estamos expuestos a cualquier invasión.
Por ejemplo, cuando ingerimos alimentos no biológicos también estamos ingiriendo cientos de diferentes tipos de pesticidas, insecticidas, metales pesados y otros tipos de químicos. A través de un intestino inflamado y demasiado permeable, estos químicos pasan a la sangre afectando a los
diferentes sistemas del cuerpo (inmunitario, hormonal, nervioso, respiratorio, reproductivo), causando síntomas tan variados como dolor abdominal, flatulencia, diarrea, migrañas, insomnio, alergias, menstruaciones dolorosas o irregulares, palpitaciones, mareos e irritabilidad y estreñimiento.
Al mismo tiempo, un intestino inflamado y demasiado permeable es más susceptible a la
invasión de parásitos, bacteria o la multiplicación de ciertas levaduras como la Candida Albicans. Todos estos microorganismos son responsables, a su vez, de una gran lista de síntomas que pueden incluir desde diarrea , fatiga, tos crónica hasta problemas neurológicos. Por otro lado, estos microorganismo suelen inflamar el intestino causando un exceso de permeabilidad.
Si esta inflamación es persistente, el sistema inmunológico deberá intervenir en la regulación de cascadas de citocinas inflamatorias que son responsables de mecanismos neuro-endocrino-inmunológicos y tienen lugar en el tracto gastrointestinal. Por consiguiente provocando enfermedades como Hashimoto, Autismo, Artritis y otras más.
¿Se Justifica La Teorìa Microbiana De La Enfermedad?
Luis Pasteur postularía en 1835 que los microbios son la causa de la mayor parte de las enfermedades y por tanto la única estrategia terapéutica válida consiste en destruirlos así como en prevenir su invasión mediante campañas de vacunación masiva. Convertida en dogma tal teoría es hoy aceptada de forma casi unánime y complementada por una concepción simplista de la inmunidad constituye la base del negocio de las multinacionales farmacéuticas. Sin embargo carece de rigor científico, se basa en una concepción militarista de la vida y sus consecuencias para la salud tras cien años de fumigación antibiótica e intoxicación vacunal son nefastas. Las bacterias y virus tuvieron y tienen un papel fundamental en el origen y mantenimiento de la vida.Lean el libro diagnostico de la lengua, deje el link abajo para que lo descarguen.
La Carrera Armamentìstica
Ante todo debe entenderse que la imposición de las ideas de Pasteur contribuyó al desarrollo de “armas” con las que “combatir” a los supuestos culpables de las enfermedades. Y nos pone en la pista de quiénes son los responsables máximos del triunfo de esas ideas. Porque la historia del desarrollo y consolidación de la teoría microbiana de las enfermedades es la historia de la creación de los grandes imperios farmacéuticos con el clan Rockefeller a la cabeza.
Antibióticos y vacunas fueron las dos principales categorías de armas desarrolladas para combatir las bacterias o prevenir su ataque. Ambos temas se han tratado profusamente en esta revista de modo que aquí vamos a centrarnos en el papel global que han jugado a lo largo de más de cien años: envenenamiento, alteración del equilibrio ecológico, creación de enormes problemas de salud camuflados como “nuevas enfermedades”, claves de un negocio milmillonario, sostenimiento de conceptos destructivos de la salud y la enfermedad...
Vacunas: Fraude E Intoxicacaciòn
La otra idea que Pasteur regaló a la humanidad es la de la vacunación. Desde el punto de vista del Modelo Médico Hegemónico -en el que tiene un papel destacado la concepción de un Sistema Inmunitario como ejército defensivo contra los microbios- las vacunas son algo así como si capturáramos un puñado de enemigos para que nuestros servicios de inteligencia les saque la información precisa que permita diseñar una estrategia específica contra él.
Y podemos aproximarnos a la crítica de las vacunas desde dos perspectivas. Una, desmontando la base teórica en la que se apoyan: la Teoría Microbiana y el concepto de Sistema Inmunitario desarrollado por la Medicina oficial. Pero de ello nos ocuparemos en el próximo artículo donde tendremos oportunidad de comprobar que las vacunas carecen del más elemental sentido bio-lógico a pesar de que han sido impuestas con el falso argumento de que sirvieron para erradicar las enfermedades y acabar con las epidemias. Ahora vamos a adoptar la segunda perspectiva que es la de analizar sus efectos negativos y poner al descubierto las mentiras sobre su efectividad que comienzan en el origen mismo de las vacunas de la mano, cómo no, de Pasteur.
El mismísimo Robert Koch, en un trabajo publicado en 1881 sobre el ántrax, criticó las investigaciones de Pasteur y le acusó de falsear los resultados de sus experimentos de vacunación. ¿A qué se refería? Pasteur llevó a cabo un experimento que ha pasado a la historia como la demostración definitiva de que el organismo es capaz de inmunizarse contra una enfermedad si recibe el microbio causante debilitado. Los días 5 y 17 de mayo de 1881 inoculó a 25 de 50 carneros una vacuna contra el ántrax que consistía en bacilos atenuados; unos días después, el 31 de mayo, inyectó a los 50 carneros bacilos virulentos prediciendo que los no vacunados morirían a diferencia de los vacunados que estaban protegidos. Dos días después, en un teatral escenario abarrotado de granjeros, periodistas y científicos, se constató el éxito total: entre los no vacunados había 23 carneros muertos y dos moribundos mientras los 25 vacunados habían sobrevivido.
Hasta aquí la historia tal como la cuentan los manuales, los libros de texto y Wikipedia en Internet. Solo que hay otras fuentes de información menos conocidas que permiten conocer una verdad muy diferente de lo acontecido. Es el caso del libro de H. J. Hudson La gran traición: fraude en la ciencia o los artículos del médico higienista Eneko Landaburu (disponibles en numerosas páginas de Internet). Apenas un año después del “milagro” Pasteur comenzó a recibir informes de numerosos pueblos de Francia y Hungría en los que habían utilizado su vacuna pero las ovejas vacunadas morían por millares. Y lo mismo ocurrió en otros países en los que se intentó reproducir su experiencia: Italia, Alemania, Rusia, Argentina... ¿Qué había sucedido? Se sabría dos años después cuando Pasteur declaró en la Academia de Ciencias que las vacunas llevaban un “activador”. En otras palabras, un veneno (a base de bicromato potásico) que había destruido los bacilos inoculados en los carneros vacunados y por eso habían logrado sobrevivir.
Hoy sabemos que no es cierto que las vacunas hayan erradicado enfermedad alguna. Estudios rigurosos demuestran que los momentos álgidos y las bajadas de intensidad o desaparición de epidemias como la viruela, la difteria, la tuberculosis o la rubeola estaban relacionadas con cambios en las condiciones de vida y no con la introducción o no de vacunas.
2- Causas del Sindrome de Intestino Permeable/Irritable:
2.1- Estres Crònico:
Todos sus sentimientos crean cambios emocionales, y el estrés no es la excepción.
Cuando se encuentra bajo estrés, su ritmo cardiaco puede subir, su presión arterial podría aumentar y su sangre puede irse de su estómago y dirigirse hacia sus brazos, piernas y cabeza para pensar rápido, luchar o huir.
Esta pretende ser la respuesta temporal para ayudar a la supervivencia pero cuando el estrés se vuelve crónico, como es el caso de millones de personas que leen esto, puede dañar su salud, causando estragos en su salud intestinal y digestiva.
Cómo Impacta el Estrés en su Intestino
La respuesta al estrés provoca una serie de eventos perjudiciales en su intestino, incluyendo:
Disminución en la absorción de nutrientes
Disminución en la oxigenación de su intestino
Cuatro veces menos flujo sanguíneo en su sistema digestivo, lo que provoca una disminución del metabolismo
Disminución de la producción enzimática en el intestino- como unas 20 mil veces
Hipócrates dijo una vez que “todas las enfermedades comienzan en el intestino”, y también es bien conocido que el estrés es un desencadenante que hace que se produzcan múltiples enfermedades crónicas. Estos dos dogmas de salud en realidad van muy de la mano con la salud de su intestino y el estrés junto con un intestino dañado puede contribuir con múltiples enfermedades inflamatorias, como:
Esclerosis múltiple
Cómo Impacta el Estrés en su Intestino
Diabetes tipo 1
Artritis reumatoide
Osteoartritis
Lupus
Enfermedades Crohn
Colitis ulcerosa
Enfermedades crónicas de la piel
Problemas renales
Enfermedades urinarias
Enfermedades alérgicas y utópicas
Enfermedades degenerativas
Síndrome de fatiga crónica
Fibromialgia
Encefalomielitis Miálgica (ME)
Enfermedad intestinal inflamatoria
En pocas palabras, el estrés crónico (y otras emociones negativas como el enojo, la ansiedad y la tristeza) pueden desencadenar síntomas y enfermedades en su intestino. Como lo explican investigadores de Harvard:
“La psicología se combina con los factores físicos para causar dolor y otros síntomas intestinales. Los factores psicosociales influyen en la fisiología real de su intestino, así como en los síntomas. En otras palabras, el estrés (o depresión u otros factores psicológicos) pueden afectar el movimiento y contracciones de las vías de su tracto gastrointestinal (GI), provocando inflamación o haciéndolo más susceptible a infecciones.
Además, las investigaciones sugieren que algunas personas con trastornos gastrointestinales funcionales perciben el dolor más agudo que otras personas porque sus cerebros no regulan correctamente las señales de dolor desde su tracto gastrointestinal. El estrés puede hacer que el dolor se sienta aún más.”
Curiosamente, la conexión funciona en ambos sentidos, es decir que mientras el estrés puede provocar problemas intestinales, los problemas intestinales también pueden provocar problemas emocionales
“Esta conexión va en ambos sentidos. Un intestino con problemas puede mandar señales al cerebro, así como un cerebro con problemas puede mandar señales al intestino. Por lo tanto, el estómago de una persona o el malestar intestinal puede ser la causa o el producto de ansiedad, estrés o depresión. Eso se debe a que el cerebro y el sistema gastrointestinal están íntimamente conectados- tan íntimamente que en realidad deberían de ser vistos como un solo sistema.”
Si Usted Tiene estos Síntomas, el Estrés Crònico Podría estar Causando eus Síntomas Intestinales
Síntomas Físicos
Rigidez o tensión muscular, especialmente en el cuello y hombros
Dolores de cabeza
Problemas para dormir
Inestabilidad o temblores
Reciente pérdida de interés en el sexo
Aumento o pérdida de peso
Ansiedad
Síntomas Emocionales
Llanto
Sensación de tensión o presión abrumadora
Problemas para relajarse/Nerviosismo
Mal temperamento
Depresión
Poca concentración
Dificultad para recordar cosas
Pérdida del sentido del humor
Indecisión
2.2- Alimentacion:
Anti-Nutrientes
Granos/Cereales:
En muchos países, se nos dice que los granos (especialmente granos enteros) son parte importante de una alimentación balanceada, y que son necesarios para obtener nuestras porciones diarias de nutrientes y fibra saludables.
“El cuerpo humano no requiere granos. Ese es el problema con las recomendaciones del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA por sus siglas en ingles). Ellos consideran que estamos ligados como especies para comer granos. Usted puede sobrevivir fácilmente con los nutrientes necesarios para su cuerpo sin la necesidad de comer granos. Y los granos son definitivamente fuentes pobres de vitaminas y minerales comparados con las frutas y vegetales.”
“Los granos son las semillas de las plantas. Son su materia reproductora y las plantas no hacen sus semillas reproductoras para regalárselas a otros animales. Si eso fuera el objetivo, ya se hubieran extinguido. Por lo tanto la estrategia evolutiva que muchas plantas, particularmente los granos del cereal, han tomado para prevenir la depredación es desarrollar compuestos tóxicos para que el depredador de las semillas no pueda comerlas, para que puedan colocar las semillas en el suelo donde se suponen que deben estar para convertirse en una nueva planta y no en el intestino de un animal para alimentarlo.”
Hay una creciente evidencia científica que muestra que los granos, así como las legumbres, contienen anti nutrientes y otras sustancia problemáticas que pueden aumentar la permeabilidad intestinal. Esto incluye:
Gliadina
La gliadina es una proteína principal inmunotóxica encontrada en el gluten de trigo y es una de las más dañinas para su salud. La gliadina le proporciona al pan de trigo su textura y su capacidad de aumentar la producción de la proteína intestinal zonulina, que a su vez abre espacios en las coyunturas normalmente estrechas entre las células intestinales (enterocitos).
Con la enfermedad celiaca, el cuerpo formara anti cuerpos a la gliadina después de haber sido ingerida por el tejido transglutaminase del intestino enzimático, causando un daño auto inmune severo a las superficies delicadas del intestino. Sin embargo, no requiere que la enfermedad celiaca esté completamente desarrollada para sufrir los efectos adversos de la proteína. De hecho es muy probable que nuestra intolerancia a la gliadina y a las proteínas de trigo relacionadas, sea una intolerancia de una especie específica, aplicable a todos los seres humanos, con la diferencia de que este es un problema que causa daño.
Legumbres:
Lectinas
Las lectinas son el mecanismo clave mediante el cual las plantas se protegen para no ser comidas, y se encuentran en concentraciones más elevadas en su forma de semilla—lo cual tiene sentido considerando que las semillas son las plantas “bebés” y que cuya sobrevivencia asegura la continuidad de su especie.
Cuando los animales consumen alimentos que contienen lectinas, ellos pueden experimentar irritación digestiva, junto con una amplia gama de problemas de salud.
Lacteos:
Caseína vacuna:
El mayor problema de la proteína láctea es su poder alergénico; se han detectado hasta 25 antígenos diferentes en la leche de vaca. Además de la caseína, que analizaremos en detalle, una gran contribución alergénica se genera en el procesamiento posterior al ordeñe. Cuando la leche es secretada en la ubre de la vaca, estamos en presencia de un fluido aséptico. Sin embargo, a poco de abandonar la teta y no habiendo sido ingerida por el ternero, se manifiesta en la leche un prolífico cultivo de virus, bacterias y microorganismos, lo cual obliga a los conocidos y promocionados tratamientos de pasterización. La temperatura, además de destruir enzimas y otros nutrientes termosensibles, mata la vida microbiana, pero no la elimina. Las bacterias muertas permanecen en el fluido que luego se industrializa y consumimos. O sea que esta verdadera “sopa de bichos muertos” debe ser neutralizada por nuestro sistema inmune, que obviamente los detecta como antígenos.
La caseína es la proteína más abundante de la leche vacuna (80%), la más antigénica y el 40% de la misma es indigerible, favoreciendo la constipación, la dispepsia putrefactiva y la permeabilidad intestinal. Dado que la proteína láctea se digiere muy poco en el intestino, las grandes cadenas de caseína no desdobladas, actúan como pegamento [1], depositándose en los folículos linfáticos del intestino, entorpeciendo la absorción de nutrientes y generando fatiga crónica e inflamación intestinal.
Por su parte, los fragmentos más pequeños logran atravesar las paredes intestinales con la complicidad de la mucosa permeable. Una vez en el flujo sanguíneo, estos péptidos generan un estado congestivo causante de asma, sinusitis, alergias, artritis, diabetes, nefrosis, infecciones, incremento de mucosidad y estructuras densas en el aparato reproductor femenino…
Es interesante señalar que todo esto no ocurre en la lactancia materna. Nuestra secreción láctea provee al bebé de un fluido equilibrado, dotado de los anticuerpos necesarios (inmunoglobulina A ó IgA) para su correcto procesamiento. Varios científicos afirman que los lácteos vacunos son la principal causa de alergias alimentarias [2]. Tal es así, que la Asociación Americana de Pediatría desaconsejó su uso en niños y recientemente el Jefe de Gastroenterología del Hospital de Niños de La Plata afirmó que el 80% de los chicos son alérgicos a la leche vacuna. Esto también se extiende a los adultos y a todos los derivados lácteos.
2.3- Sedentarismo:
Hipócrates manifestaba: “lo que se utiliza se desarrolla, lo que no se utiliza se atrofia”.
El sedentarismo es la falta de actividad física regular, definida como: “menos de 30 minutos diarios de ejercicio regular y menos de 3 días a la semana”. La conducta sedentaria es propia de la manera de vivir, consumir y trabajar en las sociedades avanzadas. Sin embargo, la inactividad física no es simplemente el resultado del modo de vida elegido por una persona: la falta de acceso a espacios abiertos seguros, a instalaciones deportivas y a terrenos de juegos escolares; así como los escasos conocimientos sobre los beneficios de la actividad física y la insuficiencia de presupuestos para promover la actividad física y educar al ciudadano puede hacer difícil, si no imposible, empezar a moverse.
La actividad física regular:
reduce el riesgo de muerte prematura.
reduce el riesgo de muerte por enfermedad cardiaca o accidente cerebrovascular, que representan un tercio de la mortalidad
reduce hasta en un 50% el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo II o cáncer de colon
contribuye a prevenir la hipertensión arterial, que afecta a un quinto de la población adulta del mundo
contribuye a prevenir la aparición de la osteoporosis, disminuyendo hasta en un 50% el riesgo de sufrir una fractura de cadera.
disminuye el riesgo de padecer dolores lumbares y de espalda
contribuye al bienestar psicológico, reduce el ESTRÈS, la ansiedad, la depresión, y los sentimientos de soledad
ayuda a controlar el peso disminuyendo el riesgo de obesidad hasta en un 50%.
ayuda a desarrollar y mantener sanos los huesos, músculos y articulaciones.
2.4- Alcoholismo:
Beber Alcohol y Síndrome de intestino irritable o el Síndrome de colon irritable están muy relacionados. Beber empeora los síntomas del síndrome de intestino irritable. La bebida , así como la cafeína y el Tabaco también empeoran los síntomas del SII. Los hechos siguen siendo que el Alcohol es un irritante del tracto digestivo potente, carcinógeno y estimulante.
Las personas con síndrome de intestino irritable tienen sensibilidad digestiva y son muy sensibles a ciertos estímulos, pueden ser en forma de alimentos o incluso las simples acciones del despertar. El Alcohol es uno de los peores factores que desencadenan los síntomas del síndrome irritable del intestino y puede causar varios tipos de cáncer.
Alcohol, en general, afecta a casi todas las partes del sistema digestivo. No sólo causa reflujo y ardor de estómago, sino también, se consideran dos condiciones que los pacientes con Síndrome de intestino irritable o el Síndrome de colon irritable, tienden a adquirir. Y ya que el daño de beber es el esfínter esofágico, el contenido de ácido del estómago, tienden a fluir hacia arriba y hacia abajo en la porción inferior del esófago.
Beber Alcohol aumenta la posibilidad de la úlcera péptica. No sólo eso, la bebida también dificulta la curación y hace que la úlcera vuelva a ocurrir con más frecuencia. Esto se debe a que el Alcohol aumenta diez veces la perforación de la úlcera. Además de la úlcera y provocar los síntomas del Síndrome de intestino irritable o el Síndrome de colon irritable, el Alcohol también aumenta la probabilidad de la enfermedad de Crohn. También puede llevar al desarrollo de cálculos biliares.
El Alcohol no es sólo un elemento adictivo, sino también un veneno que tiende a debilitar el esfínter esofágico inferior. Esto condujo a la producción hiper ácido en el estómago y, al mismo tiempo disminuye la producción pancreática de bicarbonato de sodio, que es una sustancia importante en la lucha contra la producción de ácido del estómago.
El Alcohol también tiende a aumentar el tamaño de pólipos en el colon lo que significa que cuanto mayor sea el pólipo mayor será la posibilidad de que se conviertan en cáncer. De hecho, los estudios muestran que al menos el doce por ciento de los cánceres coló rectales son el resultado directo del consumo de Alcohol.
Por último, el Alcohol no sólo es un factor que puede provocar Síndrome de intestino irritable o el Síndrome de colon irritable, sino que además, plantea mayores riesgos para la salud como el cáncer ,la cirrosis, altera el comportamiento social, puede ser peligroso, por su bien es mejor beber de forma moderada.
2.5 Deficiencias Nutricionales:
El intestino está expuesto continuamente a ambientes complejos creados por numerosos microorganismos (comensales y patógenos) y antígenos (perjudiciales e inocuos), donde el sistema inmune debe trabajar adecuadamente para no crear condiciones patogénicas como la inflamación intestinal o las alergias alimentarias.
Las vitaminas, además de su vital papel como nutrientes, también tienen otras funciones como la regulación de la respuesta inmune intestinal. Aunque los mecanismos moleculares y celulares aún no se conocen totalmente, los componentes nutricionales derivados de la dieta, ya sean directamente absorbidos o metabolizados o sintetizados de novo por bacterias comensales, son claramente factores exógenos esenciales e influyentes para el desarrollo, mantenimiento y regulación del sistema inmune intestinal.
La evidencia clínica señala que la ingesta inadecuada de vitaminas y nutrientes puede alterar la inmunidad de las personas, predisponiéndolas así a enfermedades infecciosas e inflamatorias.
En esta revisión se discuten los recientes avances en las funciones inmunológicas de la vitamina A, D y vitaminas del grupo B y su contribución en el mantenimiento del balance inmunológico intestinal entre las condiciones fisiológicas y patológicas.