Siento ciertos nervios y ya entreveo las típicas excusas que todos nos solemos poner cuando nos proponemos algo que nos causa cierta resistencia a hacerlo. Sin embargo, racionalicemos
No se trata de ninguna prueba. No tenemos que demostrar nada a nadie. Ya todos los que vamos a ir sabemos que padecemos lo mismo en mayor o menor grado, por lo tanto no es necesario que disimulemos. Sé que es complicado no fingir cuando nos hemos acostumbrado a estar haciéndolo siempre, pero mañana yo ni nadie debería exigir nada a los demás, y tampoco a sí mismo. Por lo tanto la ansiedad generada será fruto de la inercia, de la costumbre, pero si nos hacemos lo máximo posible a la idea que todos comprendemos el problema de los demás, en cierta medida eso nos calmará bastante.
Un simple gesto de la voluntad. Eso es todo. Un ir sin premeditarlo, simplemente estar allí. Un paso adelante y que sea lo que quiera ser. Y no creo que vaya a ser nada malo, desde luego. Como mucho habrá cierta incomodidad en el ambiente. Es normal, incluso las personas "normales" se sienten cohibidas ante personas que no conocen. Todos tenemos en mente la creencia ya firmemente arraigada que la primera impresión es muy importante: pues bien, que no nos cause ansiedad el intentar aparentar lo que no somos. Si uno se bloquea de algún modo, los demás vamos a comprenderlo perfectamente. Por lo tanto tampoco va a ser necesario fingir nada.
Yo creo que en algún momento, sino mañana sí en otra ocasión, nos vamos a reir con sinceridad y sin malicia incluso, porque veremos en los demás reflejados nuestros propios miedos tan nítidamente que el alivio de sentirse así comprendido provocará la risa, o como mínimo la sonrisa o el suspiro de alivio que todos en esas ocasiones soltamos y pensando: "puff, menos mal"
¿Y qué hacer, qué decir? ¿Y cuándo? Ya se verá. Por lo pronto la intención inicial es formar un grupo de personas con problemas comunes, que discutirán los modos y maneras, tal y como solemos hacer en este foro o en el chat. Yo sentiré vergüenza desde luego, pero procuraré no pensar en cómo me va a afectar y sí en cómo me afectan esos problemas, y sentir el alivio que supone hablar a otros que te comprenden perfectamente. Y de todos modos Crates es quien, sabiendo más de estos asuntos, puede hacer de hilo conductor (espero que eso no te genere presión Crates, leí que aún no has superado del todo tu problema, que es el de todos, pero de todos modos los demás nos hemos ido adhiriendo a tu proposición inicial, así que un poco si que esperamos que seas ese hilo conductor
)
También podemos llegar a pensar que siempre podemos posponer el acto de ir, que siempre pueden haber otras ocasiones más adelante... Pero todos sabemos que esa pereza o inquietud es fruto del miedo. Si realmente queremos ir porque albergamos cierta esperanza de progresar, debemos dejarnos embargar por esa esperanza, y no por todos los peros que nuestro miedo nos irá presentando.
Os aseguro que el sólo hecho de ir, de habernos atrevido a iniciar el movimiento, ya va a ser un alivio y motivo de cierto orgullo personal. A menudo con todo este asunto que nos lleva de cabeza, pienso que de nada sirve darse razones o intentar animarse a base de ideas. Todo lo que he dicho en gran medida me lo he dicho a mí mismo, para intentar convencerme del todo y disipar las últimas dudas y temores. Pero creo que más bien se trata, simplemente, de ser valiente y avanzar ese paso que nos separa de lo que necesitamos.
Yo ahora siento que necesito salir de esto, ya no quiero seguir reconcomiéndome en mi propia oscuridad. Quizás aún tanteo a ciegas, pero por lo menos busco una salida. Dicen que el valor, como el miedo, se contagia. Intentemos pues reunirnos unos pocos y logremos infundirnos cierto valor; yo creo que eso es bueno.
Que no suceda como otras tantas veces en el pasado, que lo único que nos queda de una posible experiencia es ese maldito "¿y si....?", y a esa posibilidad completamente irreversible nos aferramos para sobrevivir. Creo firmemente que son los pequeños pasos los que forman el camino. Ni sueños, ni esperanzas, ni anhelos. Cada paso real que damos cuenta y es el firme cimiento del siguiente
Estoy contento, sí, siento ganas de respirar hondo y saborear esta pequeña alegría; y quiero mantener esta sensación, porque al igual que el maldito miedo prefigura tantas veces nuestro futuro y acaba por anularnos, así la alegría y la esperanza nos van a dar ánimos y nos realizan.
¡ Un saludo, y nos vemos mañana!