Cuando estas hasta la bola, cuando ya nada puede ser peor y no sabes que hacer; cuando sabes que lo has dado todo y no tienes nada de provecho: no hay mejor terapia, más sana, barata y efectiva que dar una gran bocanada de aire, y pegar un alarido a los cielos:
¡¡¡¡¡¡¡¡ME CAGO EN TOOOO!!!!!!!
Tambien uno puede gritar para adentro, como poder se puede, pero es mejor hacerlo para afuera y que te escuchen.
¿Desde cuando no gritas?
Recupera esa sensación que ya has olvidado: subeté a lo alto de tu casa o a la copa de un arbol, abre de par en par tus ventanas, inspira profundamente y con las manos en forma de embudo de modo que encauce tu alarido; como si fuera una piedra lanzaló lejos de tí. Grita a pecho partido con todas tus fuerzas para que la Tierra se entere de que estas cabreado; hazlo cuantas veces sea necesario. Después te sentirás mucho mejor!!!.
Un saludo!!