Hola gente, hace mucho que no entraba por el foro, hace como 2 años según el historial de la página pero bastante más tiempo desde que entraba todos los días. Estos días anduve un poco triste, recordé este foro y entré para ver como andaban las cosas por acá. Es bueno ver que algunos históricos siguen activos (aunque no sé si será bueno para ellos, al menos para mí es nostálgico).
Podríamos decir que encontré un equilibrio en mi vida. No todo es color de rosas, pero logro apreciar las cosas buenas que me pasan. Llevo una vida sumamente tranquila: trabajo, estudio japonés, camino mucho sin rumbo por la ciudad, hago actividad física. De vez en cuando se me da por aprender algo nuevo como a tocar un instrumento o yoga, y lo hago por un tiempo.
Llevo una vida bastante solitaria, todas las actividades que hago son solitarias: voy al gimnasio y no hablo con nadie, algunos días trabajo de noche en una oficina solo y en otros días hago algunas cosas desde mi casa, hace poco me fui de vacaciones a córdoba y me la pase tirado en la playa y escalando montañas sin cruzarme a nadie.
Mis amigos los cuentos con los dedos de una mano e incluso me sobran dedos. Uno de mis amigos me dijo hace poco algo que me abrió la cabeza: yo alejo a la gente. Tengo una honestidad brutal con todo el mundo, no mido mis palabras y digo cosas que si bien esta bien pensarlas, no se pueden decir a la ligera. Y es cierto, hablo con la gente como si fueran amigos de toda la vida cuando no existe la confianza suficiente todavía. En reiteradas ocasiones me han dicho que no tengo filtro.
Si bien mi vida social carece de vitalidad y me gustaría cambiarlo, llegue a aceptar el hecho de que las cosas están bien como son. Al menos en mi caso y en esta etapa de mi vida, siento que las cosas están bien. Me cuesta socializar con la gente, siento ansiedad por cosas que otros no entenderían, me puedo llegar a quedar un día entero sin salir de la cama sin tener motivo, vivo en una casa donde el desorden es enorme y me causa ansiedad e impotencia ver tantas cosas tiradas por todos lados. Pero estoy y me siento bien. Y por eso estoy muy agradecido.
En una ocasión me había dispuesto a crear una religión. Una religión sin Dios. Vamos, no debe ser tan difícil me dije. Obviamente es muy difícil y no lo logré, pero llegue a hacer una oración que les comparto. Es algo que me repito cada noche antes de dormir.
Gracias por la comida de hoy. Gracias por haber tenido el tiempo para hacer lo que quise. Gracias por haber podido elegir qué hacer con ese tiempo. Gracias por estar vivo, gracias porque existe la vida y gracias por sentirme vivo. Gracias.
La vida es difícil, pero al menos estamos vivos.
Gracias por leer y felices fiestas