bueno, solo queria escribir unas lineas, ya que hoy no consigo dormir,y ya que mirando las musarañas a las 4 de la madrugada me he puesto a recordar y hacia bastante tiempo que no pasaba por aqui. . .
No voy a citar nombres porque fijo que me dejo alguno, pero vamos que ellos saben quienes son. Aunque especialmente a toda la peña de barna de las quedadas, ya que sin ellos jamás me hubiera curado.
Solo quería decirles que siempre, aunque ya no estemos en contacto y quizá nunca nos volvamos a ver, sobretodo ahora que vivo lejos, que el resto de mi vida les llevaré en el corazón y darles las gracias por todo lo que me enseñaron.
Y al resto que sufrís FS, aunque no os conozca, deciros que la vida esta llena de preciosos momentos en medio de tanta tristeza y que para ello debemos abrirnos para dejar que esos momentos entren. Dejarme que os cuente una historia que leí hace tiempo y quizas conozcais y que a duras penas me acuerdo pero era algo asi...
Habia una vez un hombre que gustaba de viajar y conocer. En una ocasion encontró un lugar muy recondito en medio de un bosque y decidió internarse. Al rato de entrar en él, siguiendo una senda, apareció ante sus ojos una hilera de lo que parecía un cementerio. Leyendo los nombres su alma se estremeció. Ibrahim vivió 8 años, Ashamond vivió 6 años... y asi todas las tumbas estaban llena de niños. No pudo aguantar el llanto. Un leñador que por allí se encontraba le vió y le preguntó porque lloraba. ¿Que ocurre en este pueblo que los niños mueren tan jovenes? El hombre esbozó una sonrisa y le explicó que cuando nacen, era tradición allí que los padres regalaran una libreta sujeta al cuello donde debían anotar todos aquellos momentos que les hicieran felices, y cuanto tiempo le duró esa felicidad. Al morir se contaban todos los momentos y cuanto duró a lo largo de su vida. Y asi quedaba escrito en sus lapidas, ya que los momentos felices eran los que realmente contaban en nuestra vida.
Mi libreta durante muchos años estuvo vacía y gracias vosotros aprendí a llenarla.