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Antiguo 18-ago-2009  
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Cita:
Iniciado por poppy Ver Mensaje
Entonces no era fobico jajaja, de ultima habra sido timido.
no, si que lo era. Un fobico sabe reconocer a otro.
 
Antiguo 18-ago-2009  
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Iniciado por Caín Ver Mensaje
Los psicólogos igual lo explican peor, porque no han tenido una relación directa con ningún narcisista. Lo acabas de explicar bien claro, CAPA, como sueles hacer en otros mensajes. Tú sabes más de estas cosas.
Y eso que dijiste, como fue? Eso de que los psicologos explican mal lo del narcisimo porque no han tenido relacion directa con un narcisista?
 
Antiguo 18-ago-2009  
usuarioborrado

No he escrito que los psicólogos lo expliquen mal, sino "que IGUAL (no todos) lo explican PEOR ", Confío más en la experiencia de una persona al lado de un narcisista y que después lo haya analizado y entendido, que la de un psicólogo que sólo lo haya estudiado, a no ser que sea especialista en este tipo de personalidad, porque si no, no se va a enterar de muchos matices. De todas formas es sólo mi opinión, nada más.
 
Antiguo 18-ago-2009  

Esos rasgos los tienen en mayor o menor medida, cualquier persona sea o no neurótica o fóbica. No lo veo incompatible.
 
Antiguo 19-ago-2009  
usuarioborrado

Cita:
Iniciado por Caín Ver Mensaje
No he escrito que los psicólogos lo expliquen mal, sino "que IGUAL (no todos) lo explican PEOR ", Confío más en la experiencia de una persona al lado de un narcisista y que después lo haya analizado y entendido, que la de un psicólogo que sólo lo haya estudiado, a no ser que sea especialista en este tipo de personalidad, porque si no, no se va a enterar de muchos matices. De todas formas es sólo mi opinión, nada más.
Bueno, los narcisistas abundan. Creo que no es dificil encontrarse con uno y verse obligado a convivir con el y los psicologos no tendrian por que no encontrarse con ellos.
 
Antiguo 19-ago-2009  

Esto me parece interesante, pero queda muy denso, incomprensible:

"El fóbico social es un narcisista que no se atreve a serlo. Así pues, el temeroso de ser él mismo es un ansioso con una intensa preocupación acerca del control racional e inteligente con el que cree que debe afrontar las situaciones que le horrorizan y que podrían poner en entredicho su dignidad y su capacidad de control emocional. En el fondo, lo que teme es el resultado catastrófico de una liberación imprevista e inadmisible de sus deseos inconscientes."

he buscado y me mandaa al blog de enrique que sigue siendo igual de denso:

Cita:
El fóbico social es un narcisista que no se atreve a serlo. Así pues, el temeroso de ser él mismo es un ansioso con una intensa preocupación acerca del control racional e inteligente con el que cree que debe afrontar las situaciones que le horrorizan y que podrían poner en entredicho su dignidad y su capacidad de control emocional. En el fondo, lo que teme es el resultado catastrófico de una liberación imprevista e inadmisible de sus deseos inconscientes.

El fóbico es pues necesariamente un reprimido, además de ser un inseguro.El temor de ser uno mismo nace de la ineluctable tendencia a encerrar los deseos más recónditos en una razón entendida como represión, orden, normalidad y moral. La fobia social es, en este sentido, una negación del derecho de desear. El fóbico aparta de su consciencia todos aquellos afectos, emociones e instintos inaceptables, e intenta abolirlos con tal rigidez que quedan cautivos en el inconsciente, pero con tal fuerza perturbadora que parecen una olla a presión a punto de estallar. El control de los deseos a los que ha negado el derecho de existencia es difícil, hasta el punto de que éstos pugnan constantemente por emerger y arrastrarle hacia conductas que teme sean repudiadas por su entorno, y en particular por las personas de autoridad.

El deseo, que la represión ha separado de su representación simbólica por miedo al repudio, queda libre en forma de angustia, la cual es elaborada y ligada a numerosas situaciones sociales. Además , el fóbico tiene interiorizado un orden moral tan rígido, persecutorio y destructivo, que necesita reproyectarlo y ubicarlo fuera, donde lo percibe amenazador, formándose mediante este complejo mecanismo las situaciones temidas, que incluyen tanto el deseo como su recusación. Quedan así estranguladas sus posibilidades de un desenvolvimiento social satisfactorio.

El fóbico se siente sofocado en sus iniciativas y empobrecido en sus posibilidades personales. Evita mirar cara a cara, pues su escasa seguridad queda en evidencia. No le gusta que le observen mientras desarrolla una actividad que no domina, ni ser objeto de críticas ni de comentarios chistosos. Se retrae, se refugia en un mundo imaginario, no atiende a las solicitudes de los demás y parece ensimismado. Hablar en público tiene para él connotaciones apocalípticas, supone un apunte dramático, urgente y dantesco. Las palpitaciones, el temblor, la sudoración y una inoportuna sequedad de boca acuden a la cita con puntualidad inglesa y atenazan implacablemente su discurso ante la mirada escrutadora del público.

La valoración que hace de sí mismo es baja y tiende, por ello, a considerar a los demás como críticos despiadados, por lo que opta por el laconismo en cuanto intuye la presencia de un semejante. Odia a los demás, pues problematizan más aún su vida, que ya de por sí es una angustiosa incógnita. Se siente incómodo ante las figuras de autoridad. No es extraño pues que adopte frente a ellas una actitud sumisa e incluso suplicante.

Nunca se atreve a negarse a nada ni protesta si cree ser víctima de un engaño. Es un artista de la resignación, un especialista en la aquiescencia y un mártir sin causa. Ejerce sus derechos ciudadanos con timidez, de puntillas y sin hacer ruido, pidiendo perdón por el atrevimiento. Es más espectador que actor de su propia biografía. Dubitativo ante las exigencias cada vez mayores de la vida social y laboral, se muestra huidizo de los compromisos y responsabilidades. Inseguro y dependiente, el temeroso de ser exterioriza una queja permanente en forma de cansancio crónico, ansiedad y temor a la soledad, nacida de un agrietamiento de su frágil estructura psicológica; derivada, a su vez, de la frustración producida por su insignificancia existencial, que choca frontalmente con un mundo extremadamente complejo.

Prefiere hablar por teléfono o expresarse por escrito que enfrentarse a la hostil mirada del otro. Alérgico a la burocracia, detesta ir a las ventanillas de la administración pública, sobre todo si va con la razón, pues teme no saber defender sus intereses y quedar además como un imbécil. Vive las relaciones interpersonales como conflictos inevitables que provocan la necesidad de protegerse de ellas. De ahí, la urgencia de enviar su cuerpo adecuadamente vestido a luchar contra los elementos, mientras su propio Yo queda en casa bien arropado.

Está de tal modo habituado a temer el ridículo, la crítica o la desaprobación, que su mirada, su voz y sus gestos, contra su voluntad , expresan un miedo irracional ante la proximidad de cualquier potencial adversario. Es una de esas patéticas personas cuyo principal problema consiste en protegerse de los demás. Es rígido, cauteloso, silencioso si es necesario, receloso siempre e incapaz de mostrarse natural y confiado. Ante el prójimo su escasa espontaneidad se pierde y su despreocupación termina.

Parece resignado con el espacio logrado. No siente demasiada curiosidad por lo que rebasa la línea de su horizonte, pues teme a lo que puede haber más allá. Insiste una y otra vez en lo conocido, en un inamovible recorrido dentro del repertorio de lo consuetudinario. Sus iniciativas se reducen a la consumación de recorridos harto repetidos y familiares, en un marco social atestado de temores injustificados, del cual sólo emerge hacia destinos estrictamente previstos. Y si traspasa este umbral, no lo hace sin la presencia de su acompañante habitual -objeto contrafóbico-, con quien mantiene una estrecha relación dependiente, inmadura y cargada de agresividad, que incluso puede llegar a ser sádica.

Como todo solitario tiene una gran vocación de masas, vive y sobrevive rodeado de gente, aunque sea imaginaria. Hace las cosas para que lo quieran los demás, y también para que le odien un poco, que el odio bien llevado acompaña mucho.

Fuente: Las crisis existenciales del nuevo siglo. Ana Isabel Zuazu (Psicóloga de la Clínica de Rehabilitación de Salud Mental) y Fabricio de Potestad (Jefe Servicio de Psiquiatría y Director del Sector I-A de Salud Mental) del Servicio Navarro de Salud.
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Retrato de un fóbico social MI FOBIA SOCIAL

Me suena mucho a rollo psicoanalítico, ¿que piensan?

Última edición por Trans_Zen; 19-ago-2009 a las 14:50.
 
Antiguo 19-ago-2009  

Cita:
Me suena mucho a rollo psicoanalítico, ¿que piensan?
Lo he leido un poco por encima, pero me suena a eso de que "los asesinos son unos cobardes" y "las victimas son unos heroes".

Yo soy algo narcisista y egocentrico. Pero no en materia social, sino en cuanto a mi estereotipo de belleza, sabiduria y tal. En materia social sé que soy un negado. Por suerte para mi no me suelo juzgar a mi ni a nadie por sus herramientas sociales. Solo me puedo llegar a comparar o sentirme un paria por estar solo... pero ese es otro cuento.

Nunca he deseado ser el centro de atención la verdad. Aunque cuando me ha tocado serlo sufrí mucho. A más de una chavala he perdido por mi inutilidad social.
 
Antiguo 22-ago-2009  

No puedo creerlo!!!!!!! Se me borró, otra vez al acabar...

Lo que vine a decir más o menos fue:
que gracias a todos por vuestras respuestas , que estuve leyendo, que coincido más o menos en todo, y que pienso que...
El narcisismo y la fobia social son dos opciones de respuesta para una misma enfermedad, la baja autoestima; los dos extremos de la misma vara.
Así que no son tan diferentes.
Uno, dentro de ello, puede tirar más a una cosa, otro más de otra, otro oscilar entre las dos... O incluso uno puede tener rasgos extremos de las dos cosas.
En este caso: uno puede reunir las características para diagnóstico de fs, que no son tan estrictas con lo que abarca, y creerse más por inteligencia, por belleza...
Sería un vanidoso que tropieza con una piedra por el camino.
Al final los 2 andamos considerando lo mismo: las cualidades exteriores, dejando de lado el valor que cada uno tenemos tan sólo por ser persona, que es lo que le importaría al humilde.
Un fs va se mira en un espejo y dice "que feo soy",
va un narcisista (o el mismo fs otro día) y piensa "¡anda, que guapo soy!"
y va el que se valora de verdad y ni si quiera se pregunta si es guapo o si es feo.

Hablando de humilde...
Quien no es orgulloso ni es humilde, ¿qué es?
Es que me lío con esto. No sé si hay una palabra para referirse a la otra cara de la baja autoestima o si es que estoy confundida respecto a la definición de orgullo...
Bueno, ¿qué pensáis?
 
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