Eso es muy habitual y tiene que ver con asociación de ideas, sobre todo las que nos irritan que son las más fáciles de recordar.
Intentad forzar la situación, haced que suene el teléfono de casa con vuestro móvil y con un poco de teatro añadidle dramatismo al asunto, le gritáis, le dais una patada (si el teléfono es barato y fácil de reponer).
Buscais un sonido fuerte y reaccionáis todo lo exagerado que podáis, sin que nadie os vea u os escuche, a no ser que queráis que venga el 091 a visitaros.
De esa manera podéis desligaros de la acción/reacción y no actuar como los célebres perros de Pavlov. Descargad energías y mala leche contenida de manera controlada, pero a lo bestia, soltando adrenalina.
A lo mejor hasta os acaba gustando.
Yo puse una vez una foto de mi jefe en la pared y me puse a dar patadas de kungfu hasta hacerme daño, compartí esa experiencia con un compañero de trabajo y fue genial.
Luego veíamos a nuestro jefe y nos daba risa y todo. Con la mala leche que nos producía solo un dia antes ver su asquerosa jeta.
De nada.