Cita:
Iniciado por Delcane
Puede que se te dé bien conocer gente, pero ¿y si simplemente eres de naturaleza solitaria?
Fuera de la fobia social no todo el mundo es un galán empedernido, hay mucha gente solitaria que podría socializar más si no fuera porque no le interesa.
|
Lo que yo entiendo, (y corríjanme si me equivoco) es que la fobia social se puede entender como un trastorno sintomatológico, es decir, ansiedad, miedo, ruborización en situaciones sociales, y esto no significa que la persona odie o le aburra la gente, simplemente (o no tanto) sus pensamientos y malestares físicos le juegan en contra.
La misantropía la veo más relacionada con un trastorno de personalidad como lo es el TPE. Es una actitud social y psicológica que a menudo desarrollamos por falta de relaciones sociales y por la soledad.
Así que se podría decir que la Fobia social puede originar (en la mayoría de los casos, creo) diversos trastornos secundarios o relacionados, como actitudes más borde, mecánismos de defensa u odio a las personas.
Sin embargo, por experiencia, uno puede seguir teniendo TPE aún cuando la fobia social se ha aminorado. E incluso quizás uno puede tener TPE sin haber tenido nunca fobial social, (o tenerla muy leve) ya que son actitudes y pensamientos que uno elige desarrollar por algún motivo. Es muy común confundirlas porque la gente con estos trastornos se comporta parecido, pero lo que diferencia a estas son las razones u origen. Una persona con fobia social le gustaría compartir con los demás pero sus pensamientos incontrolables y síntomas físicos no se lo permiten. Una persona con TPE muchas veces no desea ni siquiera relacionarse, cree que no lo necesita, puede no tener síntomas, pero su actitud es de profundo rechazo, sufre los problemas que acarrea la soledad. Al final igual puede desarrollar fobia social. Es un poco complicado todo. (pero no tanto en verdad)
Cada persona es un mundo. Cuando decimos fobia social o TPE, nos referimos a un marco generalizado de ciertos síntomas o comportamientos. Pero las personas somos tan complejas que no podemos llegar y decir con certeza que tenemos tal cosa o la otra. Muchas veces lo hacemos porque nos moldea el pensamiento, ya que al sentirnos que tenemos una enfermedad en concreto desviamos un poco nuestra propia responsabilidad, sentimos que no es nuestra culpa de alguna manera. Hay que recordar que somos nosotros, las personas las que hemos dado origen a esta enfermedades, no ellas las que nos forman (en cierto sentido).