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Ver Resultados de Encuesta: ¿Cuantos empastes metalicos tienes?
1 3 3,00%
2 5 5,00%
3 5 5,00%
4 13 13,00%
5 ó más 35 35,00%
Ninguno...estoy limpio de mercurio. 39 39,00%
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Respuesta
 
Antiguo 03-ago-2004  

Algunos de vosotros pensareis: ¿que tiene que ver los
empastes dentales con la fobia social? Pues muchisimo.

LOS EMPASTES METALICOS SON UN 50% DE MERCURIO Y
SON EXTREMADAMENTE TOXICOS


El mercurio (Hg) es un metal pesado y una de las substancias más tóxicas
que existen. La amalgama, es decir, los empastes de aspecto metalico que
mucha gente lleva (el material más utilizado en el mundo para la reparación dental) contiene un 50% de mercurio.

Consecuencias de llevar empastes de amalgama:

-Intoxicación crónica de mercurio.

La intoxicación crónica por mercurio tambien conocida como
hidrargismo o mercurialismo, afecta principalmente al cerebro
y al sistema nervioso central, causando un cuadro muy parecido
en cuanto sintomas a la fobia social.

Al final de este mensaje he incluido una descripción de lo que
es una intoxicación crónica por mercurio.

Me gustaria que la gente que leyera este mensaje me respondiera
diciendome como es su salud dental y que sintomas tienen, me gustaria
que me respondieran a las siguientes preguntas:

Por favor, respondeme a estas preguntas:

¿Cuantos empastes metalicos (es decir, de amalgama de mercurio) llevas y desde hace cuanto tiempo?

¿Cuantos dientes muertos tienes, es decir, cuantas endodoncias?

¿Cual es tu nivel de salud general?

¿Los síntomas mas importantes que tengas?

MUCHAS GRACIAS de antemano a todos los que respondais, me interesa
mucho toda esta información, creo que mucha gente está enferma por
culpa de los dentistas y de los tratamientos que realizan.







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Sintomas:

En general la amalgama provoca una bajada de las defensas naturales. Algunas síntomas y enfermedades que pueden estar relacionadas con la amalgama:

- miedo infundado
- irritabilidad
- dolores en el tórax y el corazón
- palpitaciones
- ideas suicidas
- depresión
- dolor de cabeza frecuente
- resfriados frecuentes
- mala memoria
- sensibilidad al ruido o a la luz
- tensión y dolor muscular
- cambios en la presión arterial
- sinusitis
- alergias
- asma, temblores
- cansancio crónico
- alteraciones hormonales
- problemas de concentración
- esclerosis múltiple (MS)
- enfermedad de Alzheimer
- etc, etc.

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Descripción de la intoxicación crónica por mercurio

Todos los síntomas que figuran a continuación se experimentan de forma intermitente. Ninguno de ellos es constante. La frecuencia de los síntomas depende directamente del nivel de intoxicación de la persona. Debido a las características individuales de cada persona, los síntomas experimentados variarán en función del individuo en concreto.

En cuanto al estilo de vida en general, el hecho de que los síntomas no son constantes hace que la víctima tenga periodos de alta productividad y funcionalidad que pueden durar de semanas a años, intercalados con periodos de falta de productividad y dificultades para realizar cualquier tarea. La vida es una sucesión de arranques y paradas. Se avanza mucho en proyectos que, más adelante, se detienen y archivan durante largos periodos de tiempo. A medida que avanza la enfermedad, los periodos productivos se vuelven más breves e infrecuentes.

Los síntomas de la intoxicación crónica por mercurio provienen principalmente del sistema nervioso central. La disfunción inmunológica y los problemas gastrointestinales aparecen tarde acompañados de un metabolismo hepático alterado. También pueden presentarse problemas endocrinos. Los problemas renales suelen ser raros y sólo están presentes en la intoxicación aguda.

No existe un patrón fijo, sino una gran variedad de casos clínicos que van desde molestias casi imperceptibles a la incapacitación total. El envenenamiento se instala lentamente, y sigue progresando de manera ininterrumpida incrementando las disfunciones.

El mercurialismo altera el estado emocional de la persona. Poco a poco, se entra en un insidioso estado depresivo. Las víctimas se sienten cansadas y apáticas. No tienen motivación ni para las tareas más esenciales. Pierden interés en su entorno y en su propia vida. No disfrutan de la vida, ni experimentan la dicha de vivir. Tienen miedo a todo de forma constante, como por ejemplo, a perder su trabajo. Tienden a sentirse tensos. Experimentan sentimientos de desesperación y, a menudo, de catástrofe inminente. Las dificultades más mínimas les parecen abrumadoras e infranqueables.

El estado emocional anormal de una persona con intoxicación por mercurio perjudica las relaciones interpersonales. Se vuelven cada vez más irritables y sensibles y reaccionan de forma extrema ante comentarios inocentes. No son capaces de seguir órdenes, instrucciones o sugerencias sin perder los estribos. Se molestan con las críticas y tienden a malinterpretar comentarios inocentes. Responden de forma exagerada a la estimulación y se vuelven temerosos, ansiosos o nerviosos. Proyectan sus miedos y ansiedades en los otros, a los que critican o atacan de forma totalmente inoportuna. Se vuelven tímidos y evitan tratar con extraños. A pesar de esta timidez, pueden perder el control de forma inesperada en el trato con desconocidos. Desean ver a sus amigos y familiares a menudo y con frecuencia inician largas y repetitivas conversaciones, para después recluirse en sí mismos durante largos periodos de tiempo. Se recluyen en sí mismos y se excluyen cada vez más del contacto social.

Los cambios emocionales disminuyen la capacidad de la víctima de vivir el día a día. Suelen estar inquietos. No tienen autocontrol y su capacidad para expresar opiniones se ve empobrecida. Se disgustan y avergüenzan fácilmente. Pueden volverse pendencieros y desatender su trabajo y familia. Tienen poca paciencia. Pierden la confianza en sí mismos y se vuelven indecisos. En ocasiones, se producen comportamientos eufóricos o maniacodepresivos. En etapas más avanzadas de la intoxicación, se dan a menudo patrones de comportamiento o de pensamiento obsesivos o compulsivos. En casos extremos, pueden producirse delirios e incluso alucinaciones.

La inteligencia se deteriora progresivamente. Personas de gran inteligencia se vuelven apagadas y poco despiertas. Experimentan un declive progresivo, sobre todo en la memoria a corto plazo y en su capacidad de llevar a cabo razonamientos lógicos. De este modo, se ven afectadas sus habilidades para realizar cálculos matemáticos, jugar al ajedrez, hacer cuadrar las cuentas, etc.

Pierden la capacidad de concentración. Los problemas de memoria pueden deberse más a la tendencia a distraerse y a la incapacidad para concentrarse y prestar atención de cara a recordar cosas que a una incapacidad real para recordar (y, por esta razón, se quejan de problemas de memoria aunque obtienen buenos resultados en las pruebas de memoria). Pierden la motivación para trabajar o para realizar otras tareas. Los pensamientos se vuelven serios, repetitivos y pedantes. El pensamiento creativo se ve dificultado cada vez más, convirtiéndose en una carga pesada y, finalmente, volviéndose imposible. Pierden la capacidad de seleccionar las palabras correctas para expresarse y cometen errores gramaticales y de estilo. La capacidad de expresión se deteriora progresivamente.

Un síntoma que se da con mucha frecuencia es el de ser incapaz de pensar claramente sin tener que hacer un gran esfuerzo. La gente que lo ha experimentado lo describe como una resaca pero sin dolor, también les es muy descriptivo el término de “niebla en el cerebro” o “niebla mental”.

A medida que el nivel de intoxicación aumenta y disminuye, pasan por periodos en los que sueñan o no sueñan en absoluto. Los sueños a menudo son en blanco y negro.

La experiencia subjetiva de la víctima de la intoxicación por mercurio se compone de irritabilidad, nerviosismo, miedo, inquietud, melancolía, depresión, debilidad, timidez, fatiga, indecisión y dolores de cabeza. Los sentimientos de desesperación, depresión y futilidad forman parte del síndrome de intoxicación. Generalmente, la víctima siente que sus patrones de comportamiento son totalmente racionales, apropiados y debidamente justificados. Los efectos psicológicos de la intoxicación por mercurio son angustiantes y aterradores.

En casos más graves, pueden observarse temblores de las manos, control motor alterado, indiferencia hacia la familia y amigos y molestias visuales.

Entre los primeros síntomas de la intoxicación, figuran los mareos, tínitus (zumbido en los oídos), insomnio, somnolencia diurna, pérdida de apetito, propensión a la diarrea (que suele alternar con estreñimiento), manos y pies fríos, propensión a sudar (en algunos individuos, se produce el síntoma opuesto y nunca sudan) y el enrojecimiento de la piel, en concreto en la cara y el cuello. Algunos afectados se sonrojan a menudo, mientras que otros nunca se sonrojan. El asma es un síntoma de intoxicación crónica por mercurio. También son comunes los problemas digestivos.

La piel se vuelve seca, empeora el pie de atleta y los hongos en las uñas de los pies y la zona interior de los tobillos, en concreto la parte posterior y superior al hueso del tobillo se vuelve seca, con picores y descamaciones. Estas molestias suelen ser tan dolorosas y molestas que no dejan dormir a los afectados. Incluso después de haber eliminado los hongos y las infecciones por levaduras (candidiasis), suele producirse hiperqueratosis (a menudo con eritema papular) y picores.

El pelo se vuelve más fino, más seco, con menos color, crece más lentamente y se vuelve más quebradizo.

Se altera el reloj biológico. Suelen despertarse y acostarse tarde, los "madrugadores" son poco comunes. Parece como si, las personas intoxicados por mercurio simplemente no pudieran controlar su ritmo circadiano.

Pueden experimentar fotofobia y molestias durante la exposición a la luz brillante. Pueden producirse molestias visuales, como la alteración de la percepción de los colores, lo que conlleva una pérdida de sensibilidad a los colores o daltonismo. En ocasiones, se pierde, esporádicamente, la capacidad de enfocar la vista en objetos lejanos. La visión periférica puede verse disminuida en los casos más graves.

Las manos y los pies se vuelven a menudo muy fríos. Puede suceder repentinamente y es todavía más característico cuando se experimentan sudores a la vez. En los casos de intoxicación más graves, puede perderse también la sensación en manos y pies o sentirse hormigueos.

En cuanto a los efectos bucales, el mercurio hace que las encías retrocedan, se vuelvan esponjosas, sangren con facilidad y que los dientes se aflojen y se vuelvan ligeramente móviles. También provoca salivación excesiva y mal aliento extremo. El mercurio disminuye el sentido del olfato, que se vuelve menos agudo, y, más adelante, el del oído, en el cual la percepción del sonido no disminuye tan notablemente como su capacidad para entender e interpretar lo que ha oído, por ejemplo, puede pasar que la persona intoxicada no entienda algo que se le dice directamente aunque lo haya escuchado claramente.

Las víctimas suelen presentar molestias, que describen como si “tuvieran una banda apretada alrededor de la cabeza”. Suelen tener también molestias como “pinchazos” en los oídos a la hora de dormir.

El mercurio también altera la regulación corporal de la temperatura. Puede que haya alternancia entre calor y frío cuando ni siquiera ha variado la temperatura o que tengan que vestirse mucho más abrigados que los demás o les resulte más difícil de lo normal soportar los cambios de temperatura. Los problemas de regulación de la temperatura acaban produciendo también "sudores nocturnos".

El mercurio hace que algunos individuos suden abundantemente, los cuales antes solían tener la piel húmeda. Algunos individuos (en mayoría mujeres) no sudan mucho, o nada en absoluto. En esas personas el sudor no esta adecuadamente inducido por el calor o el ejercicio físico.

Las taquicardias suelen ser habituales. El pulso puede variar enormemente en pocos minutos sin ninguna razón aparente. Podría darse dolor en el corazón (angina). Los médicos podrían detectar murmullos intermitentes del corazón y podrían encontrarse con que en un ECG (Electrocardiograma) la onda T aparece aplanada o que el intervalo QT es demasiado prolongado.

Podría también darse un inusual edema (hinchazón) de la cara y de las piernas.

El mercurio afecta al sistema endocrino. Puede darse hipotiroidismo, lo que se puede comprobar fácilmente si se toma la temperatura por la mañana antes de levantarse (en mujeres, los días 2, 3 y 4 del ciclo). Debe tomarse la temperatura durante unos cinco minutos, tanto en la axila como bajo la lengua. Una temperatura media inferior a 36,39ºC indica problemas de metabolismo de la glándula tiroides, independientemente de los resultados de los análisis de sangre. Las mujeres también pueden comprobar sus niveles de hormonas tiroideas de forma periódica, puesto que el flujo menstrual es rojo brillante cuando los niveles son normales y amarronado cuando son bajos. Otro de los problemas endocrinos a menudo más ignorados es la micción excesiva. Se considera anormal orinar más de 2,5 litros al día (más de 5 o 6 veces al día). También es anormal levantarse cada noche a orinar.

El hipoadrenalismo subclínico con síntomas similares a la enfermedad de Addison suele producirse también con frecuencia. Los síntomas son: debilidad, cansancio, depresión, pérdida de peso, hipoglucemia, ansiedad y presión arterial baja. Si el cuadro adrenal es normal, la presión arterial alta puede encontrarse entre los síntomas y la víctima puede experimentar una sensación constante de hambre.

El mercurio también altera la regulación corporal de la glucosa. El cansancio dos o tres horas después de las comidas y las ganas de comer dulces (lo que soluciona el problema temporalmente) son síntomas de la hipoglucemia causada por el mercurio. En ocasiones, se dan casos de hipogonadismo, que puede resultar difícil de detectar en los hombres.

El mercurio afecta al sistema inmune. Los afectados suelen tener problemas a la hora de recuperarse de enfermedades de poca gravedad, enferman más a menudo y la gravedad de la enfermedad y el periodo de recuperación son superiores a los de otras personas con la misma afección (por ejemplo, bronquitis frecuente). Las alteraciones del sistema inmune también pueden provocar más alergias, asma y problemas respiratorios. Una mala función del sistema inmune puede también conducir a un incremento de la alergia, del asma y de otras dolencias respiratorias.

Las alergias se muestran normalmente como asma, dolor en los senos nasales, picores y fatiga, pero no como una nariz que moquea. Una secreción no-líquida que se acumula lentamente en la nariz. Picor en las partes de la piel que están expuestas y que tiende a remitir cuando se lavan, lo cual también reduce la fatiga.

Las víctimas de la intoxicación crónica por mercurio pueden tener problemas al metabolizar bebidas alcohólicas y suelen dejar de beber totalmente porque no les gusta o porque se sienten mal tras haber ingerido pequeñas cantidades.

El mercurio (y otros metales pesados) se establecen en los sitios activos de determinadas enzimas, en donde debería estar presente otro tipo de metal. Por lo tanto, estas enzimas (responsables de la desintoxicación de productos contaminantes y toxinas naturales) dejan de funcionar y los afectados empiezan a mostrar hipersensibilidad alimentaria, ambiental y química. Es habitual que los afectados muestren preferencias o manías a la hora de comer, se sientan cansados o deprimidos durante periodos de alta contaminación ambiental o se encuentren mal tras haberse expuesto a productos químicos (por ejemplo: al hacer fotocopias, utilizar lejía o productos de limpieza con cloro, al pintar, instalar moquetas, aislamientos o baldosas) y presenten irritaciones cutáneas causadas por el uso de determinados detergentes, jabones o lociones. Finalmente las víctimas podrían desarrollar “susceptibilidad a múltiples elementos químicos” o “enfermedad medioambiental”. El caso más típico de susceptibilidad es la angustia que se produce al exponerse a hidrocarburos como los que se pueden encontrar en los vapores de las pinturas, los tubos de escape, etc.

El mercurio también altera la oxigenación de la sangre. Puede producirse respiración rápida y dolores (similares al agotamiento) cuando en realidad no se ha realizado ningún esfuerzo. Los jadeos suelen acompañarse de sensaciones anormales de frío, como si el afectado no pudiese general calor corporal. Incluso cuando todas las pruebas de laboratorio indiquen que la función de la tiroides es normal, una suplementación de la hormona tiroidea aliviará el dolor muscular y la fatiga.

El mercurio altera el mecanismo de coagulación sanguínea, produciendo hemorragias y hematomas con frecuencia en determinados individuos.

A la hora de defecar, la gente intoxicada por mercurio puede sentir que no lo están haciendo y que no han expulsado todas las deposiciones, incluso cuando ellos ya lo han hecho.

Se puede presentar una sensación de debilidad que se localiza en la parte superior de los brazos. Esta sensación se localiza en esa parte del brazo y del hombro que sobresale cuando se extienden los brazos hacia los lados. La sensación se localiza exactamente en la parte del brazo que se encuentra entre el bíceps y el tríceps, pero no hay ningún músculo ahí para que ESTE débil, aún así la sensación esta exactamente localizada en ese lugar. El músculo que causa esta sensación de debilidad es la parte superior del deltoides en el hombro.

En los casos más graves, se producen temblores musculares. Entre ellos, pueden figurar los temblores de los párpados y la falta de coordinación de los labios y la lengua, lo que puede dificultar la comprensión oral. La enunciación oral también puede volverse entrecortada y temblorosa. Los temblores en los brazos interfieren con la realización de tareas que requieren buena coordinación de los dedos; la escritura es inestable y acaba siendo ilegible, resulta imposible trazar líneas rectas y se deteriora la ejecución de las tareas que requieren un cierto grado de precisión. Los temblores en las piernas suelen producirse en estados más avanzados. Se trata de temblores "intencionales" que desaparecen durante el sueño y empeoran en épocas de estrés por más que los afectados intenten controlarlos. Este tipo de temblores son más obvios y menos frecuentes que los que se producen en los casos de hipertiroidismo. Pueden verse interrumpidos con regularidad por movimientos bruscos y entrecortados. Los temblores se inician en los dedos, primero en los dedos anular y medio, y son menos pronunciados cuando se realizan tareas habituales. Pueden llegar a provocar espasmos musculares y a dificultar la coordinación de los miembros inferiores al andar.

Se deteriora la capacidad de enfoque visual y de control del iris, así como la convergencia, es decir, la habilidad para mantener ambos ojos enfocados en objetos cercanos así como para vez objetos con percepción de profundidad en vez de verlos con visión doble. En ocasiones los músculos que mueven los ojos se vuelven débiles y la víctima, en vez de mover los ojos, gira su cabeza para mirar arriba, abajo o a los lados. Entre los problemas de falta de coordinación, figuran las dificultades para marcar números de teléfono correctamente y los errores al introducir cadenas numéricas largas en un teclado o al escribir a máquina.

Los niños que han estado expuestos a mercurio elemental o a compuestos mercuriales inorgánicos pueden llegar a padecer una rara enfermedad, la acrodinia. Se caracteriza por calambres fuertes en las piernas, irritabilidad, parestesia (sensación de picores en la piel), dedos rosados y dolorosos y descamaciones en las manos, los pies y la nariz. Se han observado síntomas parecidos en algunos adultos, en especial en los que sufren de hipersensibilidad química.

La intoxicación por mercurio tiene un efecto sexual dimórfico. Los hombres suelen volverse depresivos y retraídos, mientras que las mujeres se vuelven a menudo ansiosas, tímidas, temerosas y sumamente nerviosas.

En ciertas ocasiones el envenenamiento por mercurio se puede detectar tempranamente en la fase “aguda”. Por ejemplo, el mercurio se extiende a lo largo de la línea de las encías, después de poner un empaste de amalgama, de poner una corona con un metal distinto, o de poner un puente sobre o al lado de una amalgama. Por supuesto, una exposición oculta también podría causar una intoxicación aguda por mercurio. En la fase temprana de intoxicación, además de los síntomas comentados más anteriormente, habrán muchas células sanguíneas en la orina, además las porfirinas en orina están enormemente elevadas lo que tendrá como consecuencia que la orina sea ardiente y escueza y tienda a tener un color rosáceo, no rojo tintado. Unos niveles de exposición muy altos pueden provocar nauseas, perdida de apetito y diarrea. En general, una intoxicación aguda causa muchos menos síntomas físicos pronunciados, muchos menos síntomas mentales y emocionales pronunciados así como muchos menos problemas endocrinos.
 
Antiguo 03-ago-2004  

Cita:
Iniciado por Drizzt
pero ahora creo que ya no usan empastes metalicos
Siento contradecirte Drizzt pero SI que siguen utilizando los empastes metalicos, es decir, los empastes de amalgama, lo que sucede es que
ahora a la gente le interesa más la estetica y los prefiere blancos, los
cuales no llevan mercurio, pero bastante más caros y cuestan más de
poner al dentista.

Pero lo empastes metalicos siguen utilizandose ya que son baratos
y faciles de poner para el dentista.
 
Antiguo 03-ago-2004  

Por supuesto que si Drizzt, totalmente de acuerdo contigo.

Dariana, por supuesto, cúrate de la caries, pero no crees
que deberias estar informada de que los empastes metalicos
que te puso tu dentista continen veneno en forma de mercurio.

En vez de empastes de mercurio te los puedieron poner blancos,
los llamados empastes composites.

Por lo que parece Dariana llevas 3 y desde hace 10 años, es muy
probable que sufras de intoxicación crónica por mercurio, te lo digo
por experiencia. Hay mucha información en internet.
 
Antiguo 04-ago-2004  

Cita:
Iniciado por simbad

Por lo que parece Dariana llevas 3 y desde hace 10 años, es muy
probable que sufras de intoxicación crónica por mercurio, te lo digo
por experiencia. Hay mucha información en internet
¿Por experiencia? ¿Algún médico te lo ha diagnosticado?

Por cierto, ¿cuál es el enlace del texto que has puesto?
 
Antiguo 04-ago-2004  

Hola Duda_Eterna, por lo que veo no has respondido a ninguna
de mis preguntas, ¿Porque habría yo de responder a la tuyas?
 
Antiguo 04-ago-2004  

Cita:
Iniciado por simbad
Hola Duda_Eterna, por lo que veo no has respondido a ninguna
de mis preguntas, ¿Porque habría yo de responder a la tuyas?
No sabía que era un examen. Saludos.

P.D. Gracias por meter miedo y alertar y no querer informar de nada.
 
Antiguo 04-ago-2004  

Que cosas más raras, por dios...

¿Cómo os calentais tanto el coco?
 
Antiguo 05-ago-2004  

O sea ,que soy fobico por que tengo todas las muelas empastas¡¡¡¡¡¡¡¡¡..pero cuando tenia 4 años y tenia los dientes de leche?
 
Antiguo 05-ago-2004  

No es ningún examen Duda_eterna. Si no quieres responder no respondas,
yo tampoco te respondere a ti. Creo que es un trato justo.

Aunque tu tienes mas suerte, hay mucha información sobre este tema en
internet.

Y, por cierto, mi intención no es meter miedo, simplemente informar.
A mi me hubiera gustado que me lo dijeran.

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Cita:
Iniciado por KaMeLott
Que cosas más raras, por dios...
¿Cómo os calentais tanto el coco?
Si, muy raras, pero lo peor es que son penosamente reales.
 
Antiguo 05-ago-2004  

Duda_eterna no me pidas lo que tú no dás, es decir, respuestas.
 
Respuesta


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