Contaré brevemente mi historia y el porqué de mi pregunta ya que tal vez otros estén en una situación o contexto similar al mío. Soy un mexicano de 29 años que desde pequeño ha tenido problemas de sociabilidad, al principio pensaba que era por mi incapacidad de tener un carácter fuerte y extrovertido, pues de niño tuve experiencias traumáticas que me dejaron marcado. Era realmente tímido, no me interesaban en nada las niñas de mi edad y los bravucones me hacían bullying sin que yo me defendiera. Más tarde, al llegar a la adultez comencé a desarrollar una personalidad un poco más extrovertida y “fuerte”, era más agresivo ante cualquier amenaza o ante quien me hiciera alguna seña de provocación o humillación; también comencé a salir con mujeres y a perderles el miedo. Pero seguía teniendo problemas de sociabilidad y descubrí que no era por el miedo a mis semejantes, como de niño, sino a un sentimiento muy profundo de alejamiento del mundo y de la mayoría de las personas, nunca soporte la hipocresía, la vanidad, la arrogancia, el abuso, la bravuconería, la estupidez cínica, la explotación, el abuso al más débil, la deslealtad, el hablar a los espaldas a delos demás, etc. Pronto descubrí que todas esas características eran engranajes que hacían funcionar al mundo y a la sociedad, sin ella estaríamos perdidos. Me sentí distanciado de la mayoría de las personas, en los pocos trabajos estables que he conseguido rara vez conseguí algún amigo (no solo deteste la arrogancia de los jefes sino la lambisconería de mis compañeros), conservo muy pocos amigos de la universidad y me he distanciado de la mayoría de mis familiares (la mayoría ya casados y con hijos, mientras que yo, casi de 30, solo y sin la mínima intención de traer alguien a este lugar al que llamamos mundo), obviamente no tengo novia, incluso he perdido las parejas sexuales que hasta hace un año tenia. Entre esas pocas personas que consiguieron mi confianza y empatía esta una conocida mía que conocí en la universidad, ahora es una psicóloga ya titulada. En una de las charlas me comento que quizás yo podría padecer fobia social, yo, al escuchar opinión de una estudiante de psicología la tome más en cuenta a que si me lo hubiera comentado una persona común. Cuando investigue los síntomas de dicho trastorno de ansiedad no pude hacer otra cosa que descartarlo totalmente, pues, en mi caso, yo no experimento ningún tipo de temor, actualmente he llegado a perfectos niveles de hipocresía y cinismo (mecanismo que desarrolle para poder convivir en una sociedad superficial y putrefacta como la nuestra) como para adaptarme a cualquier entorno social, puedo ir a una entrevista de trabajo sin miedo a ser rechazado o no cumplir los requisitos, puedo entablar una conversación con una mujer desconocida si así lo deseo, puedo enfrentarme a cualquier tipo bravucón que se meta conmigo con las pocas personas que tengo en estima. El miedo a la sociedad no me causa estragos. Mi caso es distinto; mi ansiedad proviene del vacío que me provoca ese cinismo e hipocresía que he tenido que desarrollar para convivir en este lugar. La gran consecuencia de poder adaptarme ha sido traicionarme, a mí y a mis principios y valores. Pondré un ejemplo: hace 5 años conocí a una chica en una noche de borrachera, tuvimos sexo y no volví a verla, el acto cumplió su función sexual. En lugar de sentirme orgulloso como un macho que colecciona mujeres me sentí vacio y miserable, desde ese día no he vuelto a hacer lo mismo. Otro ejemplo: puedo ir a una fiesta, sentarme a platicar de estupideces sin sentido y sonreír, mientras en el fondo pienso que esos seres se asemejan más a las bestias que a los seres humanos. Otro ejemplo, en un trabajo que tuve iba a comer con mis compañeros, platicábamos de todo tipo de trivialidades, nos regresábamos juntos a nuestros hogares, en el fondo jamás sentí simpatía ni empatía por ellos, les hablaba solo porque compartíamos el mismo espacio y lugar. Una de mis características es que pongo mucho atención; a los sonidos, a los gestos, a las palabras, a las conductas, a casi todo mi al rededor, algo que, sin duda, me ha traído puras amarguras, pues constantemente es reafirmar lo miserables, patéticos y viles que somos la mayoría de las personas. Entonces, hay noches que mi ansiedad es tal y mi desprecio por este mundo y por mí mismo (por el hecho de adaptarme a este mundo inmundo) que solo beber unas copas de alcohol y escuchar música logran calmar mi ansiedad. Al día siguiente despierto agotado, como si hubiese tenido una pelea (un cansancio más metafísico que físico) y me pongo la máscara de persona normal, pero en el fondo desearía destruir a muchos, destruir las instituciones de la sociedad moderna y destruirme a mi mismo.