Ojalá pudiera revivir aquel día una y otra vez, el comienzo de una agonizante aventura de la que su final estaba ya a la vista incluso antes de que ésta comenzara. Aún presagiado por todos desde el primer instante, mi razón permaneció nublada por la pasión. Ese mismo instante donde en lo más profundo de mi ser se desató un sentimiento, una llama capaz de hacerme perder el control y el aliento una y otra vez, la responsable de los estragos y a la vez de los momentos mas dulces de mi vida.
Ese día pude sentir cada uno de los latidos de mi ahora maltrecho corazón y el modo en que el álgido océano rodeaba mi cuerpo ya tembloroso por lo que allí estaba a punto de suceder. Los sentimientos se apropiaron de mi cuerpo y tuvo lugar lo que durante largos años había soñado. Nada imaginable podía superar aquello, que aunque desagradable, era la más maravillosa de las sensaciones. Por primera vez en mi vida me sentí completo, deseaba que nada nos alejara.
Con el paso del tiempo la razón ha recuperado la importancia que quizá nunca debió perder, pero de lo que estoy seguro es que no cambiaría un solo párrafo de mi vida si ésto implicara no haber podido sentir esa dichosa llama.
K.L.S
