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13-ago-2009
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Venga por si alguno está pasando por lo mismo, cuento mi caso, que una vez expuse en un web de preguntas y respuestas:
Cita:
En mi casa se suceden frecuentemente episodios de Tríada "desviadora-atacadora", o Tríada, por parte de mi madre, para desviar conflictos conyugales (mi madre se vuelve en numerosas ocasiones muy irascible, susceptible, protestona, recriminadora, maniática, histriónica, exigente...), todo ello para intentar "demonizarme" ante mi padre (rescatador).
La relación conyugal sufre muchos altibajos, a a menudo discuten, solo se mantiene de pura dependencia ( emocional, económica y por los hijos)
Pero lo que no me cuadra es que ella pueda comportarse de esa forma sin sentir ninguna culpa o remordimiento, no sé hasta que punto ella puede ser consciente o no de su conducta maltratadora hacia mí, parece que está "poseída" en esos arrebatos. Mi única estrategia cuando se sucede esos intentos de demonizarme, es evitar meter "mas leña al fuego" y como mejor puedo intento defenderme o ignorar las provocaciones de mi madre, como si no existiera.
Mi padre adopta la actitud de rescatador/asistidor de mi madre, no mía, ésto es, que se alía con ella contra mí, por lo que pienso que los dos sacan una ventaja(triada desviadora), para olvidar/reprimir/desplazar su conflicto conyugal. Por eso hablaba de "demonizar", ella me demoniza ante mi padre, se hace oír ( protestas contra mí), ella a através de su actitud histriónica, protestona, logra enfadar a mi padre, como si apretara un gatillo, provocar su furia, ira, hacia mí, una reacción espontanea de él ("si mi mujer protesta es que algo grave habrá hecho éste"), el nunca se posiciona de mi parte, nunca, solo acepta las versión de los hechos de ella. Si alguien tiene que acarrear con las "culpas" que sea yo siempre, en mi caso no se puede aplicar el dicho "todos son inocentes hasta que se demuestre lo contrario", si de alguien hay que sospechar, que sea de mí primero. "¿Quién ha dejado la ropa tirada en el baño? ¿quién ha dejado la tapa de la cisterna abierta?" "¿Quién ha ensuciado tal cosa?" siempre uno salta con "ha sido él seguro" y ahora a ver cómo coño demuestro lo contrario (?).
El conflicto conyugal ( que lo hay y es grave, ellos dos no se soportan) se desplaza/proyecta en mí ( cabeza de turco), para que su relación sea mas llevadera (aliviar tensiones, resentimientos, etc.). Éso lo tengo muy claro, y veo que los dos están dispuestos a triangulizar (desviar-atacar).
Simpre las reconciliaciones entre ellos, despues de semanas de enfado sin hablarse, han sido posteriores a enfados conmigo ( desplazamiento/desvío del conflicto). Curiosamente la reconcilación incluye acercamientos y necesidades sexuales. Pero antes yo debo pagar el pato por todos ( me convierten en el cabeza de turco). Es como si todos proyectarán toda la mierda de la familia en mí, por eso pienso que yo soy el síntoma de algo que esta podrido en mi familia, pero que no se quiere sacar a a luz (represión), no conviene. Asimismo justo despues de una discusión matrimonial entre ellos, mi madre intenta desesperadamente triangular cuanto antes, hay veces que ni pasan 5 minutos.
Yo soy un "target" para mi madre, estoy en su punto de mira ( creo que de alguna manera saca tajada de mi neurosis propia, el hijo enfermito, el problemático). El pequeño es intocable, y el mayor mas de lo mismo. Osea que yo me llevo la peor parte siempre.
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Bueno y el resto no se puede contar, en resumidas cuentas padres neuróticos que acarrrean sus propios conflictos, son fabricas de hijos neuróticos que reproducen el mismo patrón. Y esta necesidad de de buscar un "cabeza de turco" para aliviar o desviar "tensiones" en los grupos, está extendido en todos los ámbitos de la vida, incluso en geopolítica y manipulación de masas.
Yo soy el "niño sandwich" (mediano), y estos se llevan la peor parte dentro de una familia disfuncional o patológica. Pocos salen bien parados, más bien ninguno.
.....................
Hijo sandwich:
http://www.eluniverso.com/2008/07/06...60CB0855A.html
http://www.encuentra.com/articulos.p...187&id_sec=107
http://www.encuentra.com/articulos.p...187&id_sec=107
http://nadiaescalante.blogspot.com/2...-sandwich.html
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Última edición por Trans_Zen; 13-ago-2009 a las 15:40.
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13-ago-2009
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Hola Trans_Zen, he leido lo último que has escrito y hay cosas interesantes.
Parece que tu madre no tiene empatía (como la mía) y que manipula a tu padre (mi madre manipula a todo el mundo). En mi caso y respecto a lo que has escrito, mi madre se sacrificó cuidando a sus padres, a su hermana y siempre está sacando el tema, "con lo que ella se sacrificó para acabar sóla", yo me he ido de casa porque ya no podía más, y eso que mi paciencia con mi madre ha sido inmensa. Parece como pone en el texto que yo soy el que debo recompensarle por sus sacrificios. Me he puesto el nombre de Caín, porque somos dos hermanos, mi hermano es Abel y yo Caín, aunque no le he matado dandole con una quijada de asno en la cabeza (algunas veces, si que me han dado ganas).
No había leído nada de las triangulaciones perversas, hasta ahora, gracias por ponerlo.
Un saludo.
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13-ago-2009
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Cita:
Iniciado por Caín
Hola Trans_Zen, he leido lo último que has escrito y hay cosas interesantes.
Parece que tu madre no tiene empatía (como la mía) y que manipula a tu padre (mi madre manipula a todo el mundo). En mi caso y respecto a lo que has escrito, mi madre se sacrificó cuidando a sus padres, a su hermana y siempre está sacando el tema, "con lo que ella se sacrificó para acabar sóla", yo me he ido de casa porque ya no podía más, y eso que mi paciencia con mi madre ha sido inmensa. Parece como pone en el texto que yo soy el que debo recompensarle por sus sacrificios. Me he puesto el nombre de Caín, porque somos dos hermanos, mi hermano es Abel y yo Caín, aunque no le he matado dandole con una quijada de asno en la cabeza (algunas veces, si que me han dado ganas).
No había leído nada de las triangulaciones perversas, hasta ahora, gracias por ponerlo.
Un saludo.
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Parece que lo que experimentastes ha sido algo gordo, aunque pienso que se trata mas de consecuencia y daño final, que hechos acontecidos.
Yo no sé si mi madre es algo narcisista, carece de empatía, es egocéntrica... a mi me da que es un mecanismo suyo defensivo inconsciente, una estrategia aprendida, que como le sirve la sigue usando, reprimiendo cualquier vestigio de culpabilidad. Ella acarrea su propia neurosis, y por algún lado tiene que explotar, en este caso cogiendome de turco, y seguro de por medio algún rollo de identificación inconsciente con mi abuelo o con mi padre, algo así "como no puedo vengarme verdaderamente de quien me hizo daño, pues lo hago con quien me recuerda a esa persona".
A mi en el fondo ella me da pena, porque su cara refleja amargura, una amargura que no ha sabido ni puede encauzar.
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14-ago-2009
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Creo que lo de la sobreproteccion es mi problema. Voy a leer mas de eso.
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14-ago-2009
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Hola Trans_Zen , no te he entendido lo que quieres decir con "aunque pienso que se trata mas de consecuencia y daño final, que hechos acontecidos", si no te importaría explicarmelo.
Un saludo.
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14-ago-2009
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"El número de objetos disponibles en los que una persona puede vengarse de sus propios sufrimientos de infancia es casi ilimitado, pero en los propios hijos la descarga se produce en forma casi espontánea".
"Toda vida y toda infancia están llenas de frustraciones. Sin embargo, no es el sufrimiento causado por las frustraciones lo que produce las enfermedades psíquicas, sino la prohibición de vivir y articular dicho sufrimiento, aquel dolor ante las frustraciones padecidas. Al niño no le está permitido hacer ningún reproche a sus dioses: los padres y los educadores".
"Cualquier niño viene al mundo para crecer, desarrollarse, vivir, amar y expresar sus sentimientos y necesidades";
"Para desarrollarse, el niño necesita la ayuda de adultos que, conscientes de sus necesidades, lo protejan, lo respeten, lo tomen en serio, lo amen y le ayuden a orientarse";(En una familia disfuncional, los adultos no son conscientes de las necesidades del niño, mas bien al revés, el niño es el que tiene que ocuparse de las necesidades de los adultos, los adultos ni los protejen, ni los respetan, ni los toman en serio, ni los aman, ni nada);
"La reacción normal a una agresión debería ser de enfado y dolor. Sin embargo, en un entorno perjudicial, al niño se le prohibe enojarse y, en su soledad, el dolor le resultaría insoportable. El niño debe entonces ocultar sus sentimientos, reprimir el recuerdo del trauma e idealizar a su agresor. Más adelante, no sabe lo que ha pasado";
"Desconectados de su causa original, los sentimientos de enfado, impotencia, confusión, añoranza, aflicción, terror y dolor, conducen a acciones destructivas contra otros o contra uno mismo (adicción a drogas, prostitución, desordenes psíquicos y suicidios)". Por tu propio bien - Alice Miller
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14-ago-2009
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Cita:
Iniciado por Caín
Por supuesto que los padres son culpables, responsables o lo que sea.
Sólo hay que leerse "La teoría del apego" de John Bowlby.
Esto es sólo un artículo que he encontrado en internet, Bowlby tiene varios libros.
"Esta teoría fue desarrollada inicialmente por Bowlby en 1973 y ampliada por Ainsworth en 1978, la cual pretende explicar que a partir del vínculo que se establece entre el infante y su figura de apego determinará el desarrollo emocional y cognoscitivo de éste.
La conducta social en los primeros 4 años de vida es un proceso donde el pequeño establece conductas de apego con sus padres y familiares cercanos, y con ello adquiere la confianza necesaria para hacer nuevos amigos, integrándose a su ambiente escolar y comunitario.
Bowlby, 1973: “Denomino la teoría del apego como una forma de conceptualizar la tendencia de los seres humanos a crear fuertes lazos afectivos con determinadas personas en particular y un intento de explicar la amplia variedad de formas de dolor emocional y trastornos de personalidad, tales como la ansiedad, la ira, la depresión y el alejamiento emocional, que se producen como consecuencia de la separación indeseada y de la pérdida afectiva”.
Este autor conceptualiza al apego como la necesidad básica del ser humano por medio del cual se vincula afectivamente con otros; esto se da a partir de una relación primaria que marca el inicio de su vida afectiva interpersonal donde cualquier forma de conducta tiene como resultado el logro o la conservación de la proximidad con otro individuo claramente identificado al que se considera mejor capacitado para enfrentar al mundo.
La teoría del apego es a un nivel fundamental de una teoría evolutiva de conducta social humana "de la cuna hasta la tumba" (Bowlby, 1979, p.129 citado en Simpson 1999); es decir que el tipo de apego que adoptemos en la infancia es la que conservaremos y aplicaremos en la vida adulta en nuestras relaciones interpersonales, ya sea con los familiares, amistades y con la pareja.
Según esta teoría, el sistema de apego en los niños les ayuda a facilitar la estabilidad y desarrollo a través de los periodos más vulnerables de la niñez. Este vínculo es una forma de establecer lazos afectivos fuertes con los demás, en donde se puede experimentar emociones de angustia, depresión, enfado cuando se es abandonado o se vive una separación o pérdida. Es un vínculo afectivo que se desprende de una tendencia a buscar la proximidad, el contacto, la atención, la seguridad, etc.; así mismo, funciona como un elemento que contribuye a construir relaciones afectivas seguras que proporcionen un sentimiento de bienestar.
Bowlby en 1973, propone que las personas presentan una tendencia innata a buscar vínculos de apego, los cuales brindan una satisfacción personal e influyen sobre la supervivencia de la especie, existiendo de este modo una tendencia de las personas a establecer fuertes lazos emocionales, siendo en la infancia establecidos con los padres en busca de protección y apoyo, los cuales continúan a lo largo de su desarrollo.
La teoría propone tres tipos de apego:
* 1. Apego seguro: es el cual la seguridad ha estado presente por la disponibilidad de objetos de apego a través de varias experiencias. Las personas con un apego seguro están libres de ansiedad y miedo, aun y cuando el objeto de apego no está a la vista porque ellos confían que su objeto de apego está disponible si lo necesita.
* 2. Apego ansioso/ambivalente: se caracteriza por una ansiedad crónica relacionada con el objeto de apego. Personas con este tipo de apego no confían en la accesibilidad y responsabilidad del objeto de apego, ya que éste no provee seguridad.
* 3. Apego evitante: es caracterizado por una reacción defensiva ante el probable rechazo del objeto de apego. Personas con apego evitante perciben que han sido rechazados por un objeto de apego, y en respuesta se protegen a ellos mismos, subsecuentemente rechazando o evitando el objeto de apego.
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1. Apego seguro:
Es un tipo de relación con la figura de apego que se caracteriza porque en la situación experimental los niños lloraban poco y se mostraban contentos cuando exploraban en presencia de la madre. Inmediatamente después de entrar en la sala de juego, estos niños usaban a su madre como una base a partir de la que comenzaban a explorar. Cuando la madre salía de la habitación, su conducta exploratoria disminuía y se mostraban claramente afectados. Su regreso les alegraba claramente y se acercaban a ella buscando el contacto físico durante unos instantes para luego continuar su conducta exploratoria. Al mismo tiempo en observaciones naturalistas llevadas a cabo en el hogar de estas familias se encontró que las madres se habían comportado en la casa como muy sensibles y responsivas a las llamadas del bebé, mostrándose disponibles cuando sus hijos las necesitaban.
3. Apego inseguro-evitativo:
Es un tipo de relación con la figura de apego que se caracteriza porque los niños se mostraban bastante independientes en la Situación del Extraño. Desde el primer momento comenzaban a explorar e inspeccionar los juguetes, aunque sin utilizar a su madre como base segura, ya que no la miraban para comprobar su presencia, por el contrario la ignoraban. Cuando la madre abandonaba la habitación no parecían verse afectados y tampoco buscaban acercarse y contactar físicamente con ella a su regreso. Incluso si su madre buscaba el contacto, ellos rechazaban el acercamiento. Su desapego era semejante al mostrado por los niños que habían experimentado separaciones dolorosas. En la observación en el hogar las madres de estos niños se habían mostrado relativamente insensibles a las peticiones del niño y/o rechazantes. Los niños se mostraban inseguros, y en algunos casos muy preocupados por la proximidad de la madre, lloraban incluso en sus brazos.
La interpretación global de Ainsworth en este caso era que cuando estos niños entraban en la Situación del Extraño comprendían que no podían contar con el apoyo de su madre y reaccionaban de forma defensiva, adoptando una postura de indiferencia. Como habían sufrido muchos rechazos en el pasado, intentaban negar la necesidad que tenían de su madre para evitar frustraciones. Así, cuando la madre regresaba a la habitación, ellos renunciaban a mirarla, negando cualquier tipo de sentimientos hacia ella (Oliva, s/a).
2. Apego inseguro-ambivalente (ansioso-resistente):
Estos niños se mostraban muy preocupados por el paradero de sus madres y apenas exploraban en la Situación del Extraño. La pasaban mal cuando ésta salía de la habitación, y ante su regreso se mostraban ambivalentes. Estos niños vacilaban entre la irritación, la resistencia al contacto, el acercamiento y las conductas de mantenimiento de contacto. En el hogar, las madres de estos niños habían procedido de forma inconsistente, se habían mostrado sensibles y cálidas en algunas ocasiones y frías e insensibles en otras. Estas pautas de comportamiento habían llevado al niño a la inseguridad sobre la disponibilidad de su madre cuando la necesitasen (Oliva, s/a).
El niño muestra ansiedad de separación, pero no se tranquiliza al reunirse con la madre. Son niños que muestran limitada exploración y juego, tienden a ser altamente perturbados por la separación, y tienen dificultad en reponerse después. La presencia de la madre y sus intentos de calmarlo fracasan en reasegurarlo, y la ansiedad del infante y la rabia parecen impedir que obtengan alivio con la proximidad de la madre.
Además de los datos de Ainsworth, diversos estudios realizados en distintas culturas han encontrado relación entre el apego inseguro-ambivalente y la escasa disponibilidad de la madre. Frente a las madres de los niños de apego seguro que se muestran disponibles y responsivas, y las de apego inseguro-evitativo que se muestran rechazantes, el rasgo que mejor define a estas madres es el no estar siempre disponibles para atender las llamadas del niño. Son poco sensibles y atienden menos al niño, iniciando menos interacciones.
Otros estudios (Isabella, Stevenson-Hinde y Shouldice, en Oliva, s/a) encontraron que en ciertas circunstancias estas madres se mostraban responsivas y sensibles, lo que habla de una capacidad de actuar adecuadamente a las necesidades de sus hijos. Sin embargo, el no hacerlo siempre hace pensar a los investigadores que el comportamiento de las madres está afectado por su humor y su grado de tolerancia al estrés.
El niño en este caso se comporta de modo tal que responde a una figura de apego que esta mínima o inestablemente disponible; el niño puede desarrollar una estrategia para conseguir su atención: exhibir mucha dependencia. Entonces acentúa su inmadurez y la dependencia puede resultar adaptativa a nivel biológico, ya que sirve para mantener la proximidad de la figura de apego. Sin embargo, a nivel psicológico no es tan adaptativa, ya que impide al niño desarrollar sus tareas evolutivas (Oliva, s/a).
Se encontró que la organización segura guardaba relación con la sensibilidad de la madre a las señales del infante, mientras que las dos formas de organización de apego inseguro/indiferente-evitativo y el abiertamente ansioso ambivalente/resistente estaban relacionadas, respectivamente, con rechazo materno y falta de predictibilidad de la madre.
Para Bowlby, los patrones de apego se mantienen a lo largo del tiempo, es decir que los "modelos de funcionamiento interno" del self y de los otros proveen prototipos para todas las relaciones ulteriores, siendo relativamente estables a lo largo del ciclo vital.
Los trabajos de Mary Main (1985) se ocuparon posteriormente en correlacionar la conducta del niño en la Situación Extraña con el discurso de los padres. Desarrolló mediciones y construcciones teóricas, basándose en las narrativas de padres y madres sobre sus experiencias relacionales. Main describió tres tipos de apego del adulto: seguro/autónomo, inseguro/desentendido (despreocupado) e inseguro/preocupado. La clasificación del apego se basó en la cualidad de los relatos parentales, dando más importancia a los patrones de pensamiento, recuerdos y relatos acerca de relaciones pasadas, que a sus contenidos específicos. Mientras que las personas clasificadas como seguras integran coherentemente sus recuerdos en una narración con sentido, las personas inseguras presentan dificultades en integrar las memorias de las experiencias con el significado de las mismas; y los desentendidos tienden a negar recuerdos, idealizando o minimizándolos.
Poniendo el énfasis en el concepto de Bowlby de "modelos internos de funcionamiento" de las figuras de apego, Main estableció que la adquisición de la capacidad de mentalizar es parte de un proceso intersubjetivo entre el infante y sus figuras significativas. Éstos pueden facilitar la creación de modelos mentalizantes. Un cuidador reflexivo incrementa la probabilidad del apego seguro del niño, el cual, a su vez, facilita el desarrollo de la capacidad de mentalizar. Es decir, considera que la armonía en la relación madre-niño contribuye a la emergencia del pensamiento simbólico.
Tanto el psicoanálisis como la teoría del apego sostienen que la sensibilidad materna desempeña un papel decisivo en el desarrollo de la psique. Algunas de las diferencias fueron señaladas por el mismo Bowlby. Entre éstas, la importancia que él le da al entorno familiar-extraño. L a teoría del apego subraya el papel del ambiente en el origen de enfermedades mentales. Encontramos como pieza fundamental el papel desempañado por los progenitores o cuidadores. Estos planteos coinciden con las teorizaciones de varios autores como Winnicott y Bion acerca de la función materna. Encontramos similitudes con otros conceptos como madre suficientemente buena (Winnicott), dependencia madura (Fairbain), introyección de objeto bueno (Klein), confianza básica (Erikson).
Cita:
Iniciado por Caín
La teoría del apego no es una teoría matemática como todo en psicología. Lo que trata de demostrar es la relación entre el cuidado de la madre y el tipo de apego.
"La teoría formulada por John Bowlby y Mary Ainsworth sobre el apego o vínculo afectivo que se establece entre madre e hijo constituye uno de los planteamientos teóricos más sólidos en el campo del desarrollo socio-emocional. Lejos de verse debilitada con el paso del tiempo, dicha teoría se ha visto afianzada y enriquecida por una gran cantidad de investigaciones realizadas en los últimos años que la han convertido en una de las principales áreas de investigación evolutiva.
La teoría del apego constituye una de las construcciones teóricas más solidas dentro del campo del desarrollo socioemocional. Desde sus planteamientos iniciales, a finales de los 50, esta teoría ha experimentado importantes modificaciones y ha ido recogiendo las críticas y las aportaciones de distintos investigadores que, lejos de debilitarla, la han dotado de un vigor y una solidez considerable. El surgimiento de la teoría del apego puede considerarse sin ninguna duda uno de los hitos fundamentales de la psicología contemporánea."
A todo el mundo no le valdra, porque su baja autoestima, su inseguridad, su falta de confianza en si mismo puede ser posterior y no de sus padres.
Te aseguro Danimotero que lo que yo he hecho toda mi vida es justo lo contrario, engañarme pensando que mi familia no tenia nada que ver. Y es difícil aceptarlo. Yo sólo sabía una cosa segura, y era el rencor que he tenido siempre a mi madre, a partir de ahí es de donde empece a tirar del hilo hacia atrás, porque no es normal tener rencor a tu madre. Mi caso igual es un poco especial porque mi madre es una persona narcisista que me ha amargado la vida.
Resumiendo, la influencia de los padres en el desarrollo emocional de los hijos es indiscutible. Eso no quiere decir que cuando somos mayores la responsabilidad también sea de nuestros padres. "no se puede estar toda la puñetera vida diciendo que toda tu mierda es porque de pequeñito mama no te cogia lo suficiente", estoy de acuerdo, ni tampoco que tu seas el responsable de toda la mierda que te han echado encima tus padres, que puede ser mucha, te lo aseguro.
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Cita:
Iniciado por Caín
Yo creo que la genética influye. "El temperamento es la base biológica del carácter y esta determinado por el proceso fisiológico y factores genéticos que inciden en las manifestaciones conductuales". Por eso dos hermanos responden diferente si son criados de la misma forma.
Pero, Suerte, la teoría del apego demuestra la influencia de los padres en el desarrollo emocional del hijo, prácticamente desde que nace. Yo el problema de la fobia, lo veo emocional mas que racional, ya que se crea desde prácticamente el nacimiento. Según la forma que te traten tus padres, vas a ser inseguro, desconfiado, emocionalmente dependiente, etc y aún no tienes la suficiente edad como para darte cuenta de los problemas sociales. No se si me explico bien.
Suele pasar muchas veces en las familias, que un hijo sale al revés que el otro, pero tampoco es por casualidad, es por reacción contraria.
Tampoco todos tenemos el nivel de sensibilidad emocional igual.
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http://www.bebesymas.com/ser-padres/...de-john-bowlby
http://www.angelfire.com/psy/ansieda...new_page_6.htm
http://www.aidep.org/uba/Bibliografia/T.Apego.pdf
http://static.scribd.com/docs/j4j1e7rr5q9f0.pdf
http://www.telefonica.net/web2/priet...yainsworth.doc
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Última edición por Trans_Zen; 14-ago-2009 a las 15:08.
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14-ago-2009
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Cita:
Iniciado por Caín
Unos padres sobreprotectores no es algo accidental, sino que generalmente han crecido en una familia donde sus necesidades emocionales de afecto, amor y reconocimiento son denegados o satisfechos de modo insatisfactorio; sus padres han podido ser indiferentes, demasiados exigentes o haberles maltratado física o psíquicamente.
Es perjudicial hacer sentir al hijo el mejor del mundo porque luego, cuando no estén los padres para decirle lo maravilloso que es, inventará mil excusas para sentirse alabado por los demás y no reconocerá sus propios fallos. También es perjudicial hacerle creer al hijo que no vale nada, porque no logra ser lo que a los padres les hubiera gustado que fuese; así, se sentirá tan inútil que pensará que no es capaz de vivir sin ayuda.
Los padres con mensajes indirectos pueden llegar a influir tanto en la vida de un hijo que lleguen a transmitirle el miedo a que el hijo se independice y pueda valerse por sí mismo, con el terror de que el hijo pueda verse en una situación de riesgo o de dolor. Las expectativas de los padres se convierten en la del hijo, las ideas y juicios de éstos se interiorizan en el hijo y se proyectan en amigos y amantes.
Muchas veces los padres esperan tanto de los hijos, son tan exigentes, que los hijos, cuando son mayores, necesitan a alguien del que depender, ya sea amigo o compañero sentimental, igual que antes dependían de sus padres. Hasta podria ocurrir que esos niños, de mayores, intenten cambiar y hacer a su gusto a esa persona, de la misma forma que intentaba hacer su padre cuando era pequeño, pero el problema está en que es probable que nunca encuentren el ideal de persona, las relaciones se hacen difíciles, se hacen demasiado perfeccionistas y no llegan a sentirse llenos, siempre piensan que les falta algo, aunque a lo mejor esa persona es maravillosa, pero no se dan cuenta y se decepcionan.
También puede pasar que los niños que en su infancia han sido muy queridos, se han sentido tan abrumados que cuando son adultos tienen miedo a una relación estable, una relación que les absorba.
Estos hechos son simples hipótesis, lo que no quiere decir que todo niño sobreprotegido en la infancia vaya a tener los mismos síntomas en su edad adulta. Aunque existen mas probabilidades de que esos efectos sean más negativos que positivos y en casi todos los casos que no sean percibidos el las personas sobreprotegidas.
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Cita:
Iniciado por Caín
Cuando sobreproteges a un niño, es como si le estarías demostrando que es un inútil. A sus compañeros no les hacen todo y a el si, eso lo nota el niño, no es tonto.
Lo de que "nos sobreprotegieron porque nos amaron demasiado", no tiene por que ser así. Puede ser por miedos de la madre a que le pase algo, madres que tienen miedo a todo, egoistas, que ni ellas mismas se dan cuenta de como son. Madres controladoras, etc.
Esto es parte de un artículo:
"Los padres dan amor a sus hijos porque es lo que sienten, pero existen otras muchas razones de dar, ayudar y obsesionarse por los hijos:
- Dar para apoyar la propia autoestima: una persona que nunca se siente bien consigo mismo intenta compensarse demostrando que puede ser un buen padre o una buena madre.
- Dar para compensar con creces la privación anterior: una frase muy común en los padres es "no quiero que mi hijo sufra todo lo que yo he sufrido".
- Dar para aliviar la culpa y la incomodidad: a veces las frustraciones del niño llevan a los padres a revivir sus propios fracasos y dolores y esto hace que se sientan incómodos y hacen que el niño se ahorre esas frustraciones haciendo por él lo que ellos podrían haber echo.
- Dar para llenar el vació interior. Muchas veces, matrimonios que fracasan se vuelcan en sus hijos para darles todo lo que a ellos les falta o les ha faltado en su infancia.
- Dar para compensar la ausencia del otro padre. Uno de los padres puede ser alcohólico, egoísta, estar enfermo, ser indiferente o tratar mal al niño; de esta forma, el otro se siente culpable y teme que el niño crezca con problemas emocionales si esta falta no es compensada, sin aliviar de todas formas la falta del otro padre.
- Dar para compensar la propia ausencia. Los padres están muy preocupados por su trabajo y están muy poco tiempo en casa; para compensar su ausencia les colman de regalos y les consienten en exceso.
- Dar a cambio del comportamiento del niño. Cada vez que el niño tiene una pataleta, para tranquilizarlos y no escucharlos le consiente lo que quiere. Así el niño aprende a cambiar su comportamiento a cambio de soborno y aprende a manipular a sus padres; cada vez las pataletas serán más grandes para conseguir más."
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Última edición por Trans_Zen; 14-ago-2009 a las 13:04.
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14-ago-2009
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Alice Miller es una psicoanalista suiza que se dio a conocer a finales de los 70 con 'El drama del niño dotado' (Tusquets). Desde entonces, su interés por los traumas de la infancia se ha trasladado a varios libros, como 'La llave perdida' y 'Por tu propio bien' (en la misma editorial). Desde el pasado otoño, puede encontrarse en las librerías ("puede", lo digo solamente porque yo lo he encontrado, a sugerencia de un especialista amigo y recomendador) 'El cuerpo nunca miente' (también en Tusquets Ensayo), quizá su trabajo más sinóptico y donde más relatada queda su postura. La propuesta es más o menos ésta:
«He llegado a la conclusión de que aquellos que en su infancia han sido maltratados sólo pueden intentar cumplir el cuarto mandamiento (Honrarás a tu padre y a tu madre) mediante una represión masiva y una disolución de sus verdaderas emociones (...) A esto hay que añadir que las personas maltratadas en su infancia a menudo albergan durante toda su vida la esperanza de recibir, al fin, el amor que nunca han experimentado. Tales esperanzas refuerzan el lazo con los padres, que la religión llama amor y alaba como virtud (...) Cuando una persona cree que siente lo que debe sentir y constantemente trata de no sentir lo que se prohibe sentir, cae enferma, a no ser que les pase la papeleta a sus hijos, utilizándolos para proyectar sobre ellos inconfesadas emociones».
Por maltrato, en Miller, hay que entender toda negación del afecto mediante el uso de la autoridad o de la violencia: su extremo es la tortura, pero entre medias, y también según Miller, se halla una epidemia extendida por la sociedad entera. Del intento de cumplir con el cuarto mandamiento -que tiene la estructura de un mandato feroz e inconsciente, más allá incluso de su explicitud- derivan las más variadas patologías físicas y anímicas, sin excluir las psicosis.
El libro es devastador a este respecto y una buena mirada sobre lo que pasa con los sentimientos ocultos a la fuerza (y sin ella). Para ilustrar el asunto, va de escritores a dictadores, pasando por el Vaticano (y su petición de compasión para Sadam Hussein, su significado oculto), entre otros casos particulares, en los que sobresalen algunos ejemplos de adicción y trastornos alimentarios.
El libro, continúo, está repleto de iluminaciones, la pena es que no sea un gran libro. La pretensión divulgativa, la necesidad de acometer la plaga y de enfrentarse a una gravísima patología de nuestra cultura hacen que la autora pase por encima de temas de calado y que haya afirmaciones que precisen de más rigor y documentación. En todo caso, yo que ustedes le echaría un vistazo. Además es clarito.
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http://www.elmundo.es/elmundo/2006/0...147098127.html
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14-ago-2009
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Cita:
Iniciado por Caín
"La tolerancia de un niño no tiene límites, es siempre fiel y se siente incluso orgulloso de que su padre, que tan brutalmente lo castiga, nunca le haga daño a un animal. Está dispuesto a perdonarle todo, a asumir siempre toda la culpa, a no sentir odio alguno, a olvidar rápidamente todo lo ocurrido sin guardar rencor, a no contarle nada a nadie, a intentar mejorar su conducta para que no le caigan nuevas palizas, a descubrir porque está descontento su padre, a entenderlo, etc"
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