G.F.Watts, un artista victoriano del siglo XIX, pintó un cuadro al que llamó Esperanza.
Los ojos de la muchacha están vendados y la cabeza inclinada, sentada sobre un globo visible a medias, que simboliza la Tierra, en torno a cuyo ecuador hay nubes que sugieren también la espuma del mar. Sus ojos están vendados para indicar, acaso, que si bien su situación carece de esperanza, se niega a verlo y confía, en cambio, en su visión interior.
Cuando le preguntaron a Watts por qué no había dado al cuadro el nombre de "Desesperación", contestó que "la desesperación se rinde, pero la esperanza, por muchas que sean las probabilidades en contra, nunca abandona. La muchacha intenta sacar de la lira toda la música posible, pese a que sólo le queda una cuerda".