No tengo ningún amigo, ningún conocido, ninguna relación cibernética que consista en algo más que un par de mensajes al mes, e incluso con los otros habitantes de mi casa hablo poco (o incluso poquísimo).
Tampoco juego a ningún juego online ni participo en ningún chat. Hasta mi presencia en este foro es muy puntual porque me siento ajeno a lo que se habla aquí dentro.
De algún modo he logrado yo solito situarme en el escalafón más bajo de la sociabilidad humana... Al parecer (intuyo) hay algo en mí que repele a las personas, que les provoca desagrado, o la más profunda indiferencia, y no sé qué hacer para mantener a alguien a mi lado. Esto no es victimismo, es una mera descripción de mi realidad cotidiana; realidad que a veces me otorga fuerzas para hablar cuando sea necesario y con quien sea necesario, por el simple razonamiento de que no tengo nada que perder. Ni me pongo rojo, ni sudo, ni tartamudeo. Simplemente no estoy en la misma frecuencia comunicacional y la cosa no fluye, se queda estancada y sin fuelle.
Si entrara en valoraciones personales... el resto del mundo se lo pierde, porque soy la mar de buen tipo
. Podría sonreír hasta en el infierno y daría un cojón por un amigo de verdad. Bueno, últimamente creo que estoy desmedrando, y que quizás pendo de un hilo antes de quedar sepultado en un oscuro y húmedo pozo sin salida. La verdad es que me gustaría poder hibernar como los osos. Cuando sueño suele ser más emocionante que cuando trato de vivir (salen trenes, fantasmas, chicas guapas y otro sinfín de cosas subconscientes alucinantes), así que no me importaría pasar la mitad del año echando un sueñecico.
Para ser honesto, algunas veces se han intentado aproximar a mí, pero no he sabido reaccionar y siempre he acabado espantando al personal... Una vez incluso tuve que rechazar la compañía una chica que se había encaprichado conmigo, pero a cuyos interesen no podía corresponder, y otra vez organicé una quedada con un grupo de fóbicos los cuales opinaron que yo no tenía fobia social (sin embargo ellos tienen varios amigos y yo no, por lo que deduzco que lo mío debe de ser alguna ida de olla aún peor que la fobia social estándar).
Pues eso... así estamos por el Páramo Baldío de Atomarporculolandia
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