Hola, yo he trabajado como comercial freelance de noviembre a mediados de enero. Al principio estaba aterrorizado, después lo fui haciendo mejor, pero era un esfuerzo titánico diario. Lo peor es el miedo a ruborizarse al hablar con los clientes, aunque curiosamente creo que apenas me sucedió.
Lo que más miedo me daba era que me obligaran a llamar a clientes desde la oficina o que tuviera que ir por ahí con mi jefe en su coche a hacer las visitas, comer juntos, como apunta Gabi. Por suerte nunca sucedió.
Eso sí, noté una gran mejoría en mi estado de ánimo. Probablemente busque otro trabajo similar, entre otras razones porque no hay otros trabajos.