Al fin, después de casi un año, tengo empleo. Y no precisamente de globero, lechero, ropavejero, peluquero u otro de los empleos temporales de Don Ramón. Afortunadamente, tengo un empleo de tiempo completo en un área afín a mis estudios universitarios.
¡Con permisito, dijo Monchito y se fue a tomar un cafecito!