Arrggg, odio ese tipo de espectáculos que te obligan a ser el centro de atención sin comerlo ni beberlo, yo pago una entrada (bien cara) para disfrutar de una representación, no para formar parte de ella.
Sobre todo porque cuando se dirigen a alguien en concreto suele ser para ridiculizarlo o dejarlo un poco en evidencia
(es la forma que tienen de hacer algo divertido, si no la gente no se ríe)… por eso las veces que he ido a una obra de teatro no he estado nunca del todo tranquila, siempre que voy a un espectáculo con actores de carne y hueso (del tipo que sea) tengo como ese miedo a que de pronto se acerquen al público para interactuar con la gente o saquen espontáneos o me hagan alguna pregunta estúpida o que de pronto aparezca un personaje inesperado entre el público asustando a la gente y pasando entre las butacas, se me acelera el corazón y me entra como vértigo.
Si la última vez hasta sentía que los actores a los que veía desde el gallinero (casi diminutos) me estaban mirando a mi toda la obra… y no era una obra para interactuar ni mucho menos, era Salomé, una obra seria normal y corriente, menos interactivo que eso no hay nada… pero es que entre que ya estamos acostumbrados al cine, que siempre he tenido esa paranoia desde niña, y que los actores eran actores de la televisión y de cine conocidos… no me pude quitar la sensación esa de que toda la obra me estaban mirando y cuando saludaron al público al terminar me entró como una desazón que estaba deseando salir corriendo.