Son etapas. Llegado el momento es ocasión para recurrir a algún placebo (léase medicamento) que te ayude a tres cosas: someter la depresión, evitar el ataque de ansiedad producido por un elevado estado de sensibilidad y lograr el descanso en tus momentos de asueto.
Y algo muchísimo más productivo, ¿por qué no aprovechar tu estado de híper-sensibilidad para realizar alguna actividad de carácter cultural? Saca tu vena artística.
Herman Melville escribió
Moby Dick bajo los efectos de una dura depresión
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