El timo de la inteligencia emocional
"Leo una breve pero esclarecedora nota del piscólogo escéptico Rolf Degen en el estupendo suplemento "Mente y cerebro" de la revista Investigación y ciencia. Degen es autor de Falacias de la psicología y en ese libro afirmaba: «Es lamentable, pero la psicología se caracteriza por un largo desfile de "teorías" que con el tiempo han ido revelándose como pasajeras y cayendo sucesivamente en el olvido, dada su inutilidad para explicar la realidad. [...] Lejos de echar una mano en el esforzado combate de la ciencia contra la ignorancia, los terapeutas, los psicólogos y otros "expertos" descargan sobre la humanidad más y más carretadas de mitos y falacias psicológicas.»
En el artículo que menciono más arriba, Degen se refiere a una de esas falacias, la tan popular inteligencia emocional y al llamado "cociente de inteligencia emocional" (EQ, por analogía con el IQ, coeficiente intelectual), que ha sido masivamente adoptado no solo por periodistas sino incluso por la psicología profesional, antes de haber sido sometido a un examen suficientemente crítico por parte de la ciencia.
Moshe Zeidner y Richard D. Roberts lo han hecho, han examinado todos los estudios existentes que analizan la idoneidad del EQ para considerarlo un método eficaz de orientación profesional, y se han encontrado con un resultado paradójico: la minuciosa investigación otorga al modelo mental emocional una calificación de incapacidad intelectual. Eso significa que, como termómetro del potencial profesional, el EQ es tan útil como leer el futuro en los posos del café."
Como resumen, Zeidner y Roberts dicen: "los datos solo nos permiten una conclusión: el entusiasmo sobre los posibles beneficios de la inteligencia emocional en la profesión es precipitado, si no mal dirigido". Por tanto, "entre los criterios de selección de los aspirantes a un empleo no debería tenerse en cuenta el EQ".
"En en fondo", concluye Rolf Degen, "la afirmación de que la inteligencia emocional ayuda en el progreso profesional refleja, ante todo, un deseo o aspiración: las personas amables deberían triunfar, y no los desaprensivos arribistas. ¡Ojalá fuera verdad! Por otra parte, muchos cursillos para incrementar el EQ que se promocionan agresivamente en Internet son puro curanderismo. Todo el proyecto de la inteligencia emocional parecería mucho más convincente si su comercialización no apuntara tan manifiestamente a la estupidez humana".