Cita:
Iniciado por Asera
Lo ideal es no ser ni optimista ni pesimista, sino realista, conocedor de las cosas. Si conoces, no necesitas ni pensar bien para inflar tu ánimo ni pensar mal para evitar lo malo.
Por lo demás, nunca insistiré lo bastante en que hay que evitar todo lo posible el mensaje de Enrique Rojas. No todo está en la forma de mirar, este tío vende ilusión y engaño: la visión del avestruz, que aparta la vista de lo que no le conviene ver. ¿Cómo puede acabar alguien que se refugie en esto para salir de sus graves problemas? Y encima va de maestro, qué digo, encima científico, este tío es mil veces más peligroso que la Iglesia, los mormones y los testigos de Jehová juntos. Y en el fondo es lo de siempre: dar una esperanza a los débiles para que siguiendo en su debilidad "se crean" que están curados (o salvados, me es igual).
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Estoy totalmente de acuerdo en lo que escribes. Seamos serios. Nunca entenderé como hay gente que se gasta el dinero en libros donde se escribe cuales son las supuestas recetas para vivir bien.
Lo que Nicole-Kidman nos ha aportado sobre el libro del sr. Enrique Rojas son obviedades que cualquiera, sin tener carrera ni nada, diría: "el optimismo es bueno y el pesimismo malo", "los cínicos son malos", "sé tú mismo", "no tengas miedo al fracaso"......¡bahhh, más de lo de siempre!.
Hay un chiste que dice que los psicólogos son aquellos individuos que se hacen ricos a base de contarte lo que tú ya sabes, que estás jodido. Me sorprende la importancia que le dan a esos libros y revistas donde no se aporta nada nuevo, nada distinto, nada rompedor con la tradición.
Personalmente, me parece que a algunos les beneficia que existamos individuos con problemas de inserción en la sociedad. Así pueden justificar el dinero que consiguen a base de libros, conferencias, simposiums.....donde repiten las naderías de siempre. Porque eso sí, nunca nos dicen cómo conseguir esas actitudes y esos comportamientos deseables, todo queda en nuestras manos. Para ese viaje no hacían falta esas alforjas. Tampoco se cuestionan si solucionar el problema, está verdaderamente en nuestras manos, porque puede ser que no sea así.