La vida sigue adelante aún cuando otros lo abandonemos, así que supongo que hay un futuro para quien viene detrás nuestro.
Hoy he observado el nido de pájaros que había en el tronco de un árbol sin hojas. El árbol quizá no dé sombra ahora en invierno, pero da cobijo a una familia de aves, realiza una función a pesar de que no sea lo que nosotros esperamos o pensemos.
Las personas que tienen más energía para vivir, hacen mucho bien a aquellos que por la realidad que sea, nos sentimos más tristes. Y al revés, sería bonito que cuando estamos bien sirviéramos para algo más que lo que se espera de nosotros, que pudiéramos sorprender y devolver a esas personas la ayuda que nos han dado.
Pienso en el nido y eso me recuerda a los padres e hijos, en cuando alzamos el vuelo y cuando debemos ser nosotros, los hijos, los que ayudemos a nuestros padres a levantarse.
La vida da tantas vueltas...