El sistema se derrumba,sus pies de barro ya no soportan su propio peso,fruto de desfalcos,estafas,especulaciones,malversaciones y robos de "guante blanco" a mansalva.
Tarde o temprano,el capitalismo fallecerá,dejando trás de sí un sinnúmero de cadáveres inocentes,personas de la calle,trabajadores y honrados,que ninguna culpa tienen de todo esto.Y,¡cómo no!,los "diferentes",los "invisibles",lo pagaremos a un precio más alto,si cabe,que la mayoría de la gente.Nosotros solemos ser extremadamente sensibles:a las críticas,a los cambios,a los prejuicios,a nuestros propios miedos,sobre todo.
El que cuente con trabajo,sufrirá cada día más para aguantar lo que le echen,la presión de sus jefes,encargados,gerentes y,sobre todo,de sus mismos compañeros,que lucharán por no ser pisoteados por esa presión laboral y esa excesiva competencia.El débil,como siempre,pagará su propia debilidad,su inocencia y su bondad se volverán en su contra.
Y el que no tenga trabajo,pues imaginaros,le resultará casi imposible encontrar uno,menos si tiene un grado de discapacidad o si su problema le limita de una manera palpable y casi peligrosa.
No soy adivino ni lo pretendo,pero casi desearía que,este ídolo con pies de barro que es el sistema capitalista-financiero-competitivo,se derrumbe pronto,y de sus cenizas surja un sistema más justo,equitativo,igualitario,HUMANO y SINCERO.Ahora mismo,parece toda una entelequia,pero ya veremos lo que nos depare el tiempo,quizá este mismo año,profecías apocalípticas aparte.