Qué tal fobicos anonimos, googleando por ahí encontre este articulo a ver que tal les parece, la pagina de donde lo saque es esta:
http://ihateyou2.wordpress.com/categ...-is-overrated/
El gran problema con la “civilización” actual, con aquella en la cual nos guste o no, estamos hundidos hasta el cuello y de la que somos sus perfectos hijos, no es la miseria, no es la explotación de los pueblos, no es la guerra, no es la injusticia, no es la contaminación ni los desastres naturales. Siempre a lo largo de la historia ha habido eso y mucho más. Ha habido pestes temibles, guerras de verdad, miseria y hambruna. No es tampoco la mtv ni cnn. No son las multinacionales, no con los comunistas ni Wall Street. Ni las bombas atómicas, demasiado sobre valoradas, la humanidad no es tan fácil de extinguir. La gente sobrevive, próspera, los pueblos decaen, la gente muere y vienen luego otros.
Digamos que la civilización occidental ha sido excepcionalmente eficiente en solventar cientos de dificultades materiales que en el pasado fueron causa de sufrimiento para los seres humanos. La naturaleza por si misma es hostil y dura. La civilización ha conseguido domarla y someterla. Lo cual ha estado bien hecho, a ver quien empieza a reciclar su propio papel higiénico para salvar los bosques. Que se extingan todos los pandas del mundo antes de perder la conexión a internet o que me racionen el agua o la luz. El “mito del buen salvaje” debería estar más que superado. A mayor tecnología, mayor bienestar material, mejor alimentación, por ende mejores cerebros y por ende mejores posibilidades de dejar de ser un bruto animal.
El maldito problema para la existencia humana (no de la especie sino de los individuos) no son las comodidades, no es no ser un esclavo de la propia supervivencia, no son los logros objetivos de la civilización. No, el problema hoy día es la sobrevaloración de la propia vida y sus posibilidades hedonistas. Fueron nuestros abuelos, nuestros padres, los que empezaron con esta comedia, antes ya algunos locos habían puesto su grano de arena, pero fue de forma relativamente reciente que estos paradigmas se extendieron por la faz de la tierra.
Antes todo el mundo se conformaba con lo que en suerte o no le había tocado ser. Se nacía, se trabajaba de sol a sol, se arreglaban matrimonios y se procreaba, con suerte se llegaba a viejo y se moría luego. Nadie esperaba mucho de la vida, les bastaba con estar vivos. No eran felices ni mucho menos, sufrían y llevaban sobre sus espaldas la carga de su existencia con resignación, esperando recompensas en el otro mundo o simplemente temiendo trascender los tabús de la tribu o la aldea. Que la vida no fuera feliz no le importaba a nadie, había cosas más importantes que hacer. Ah si, quien va a vivir pensando en pequeñeces tales cuando las 24 horas del día son una batalla constante contra los elementos. Ni las clases superiores siquiera podían darse ese lujo: en tanto caían en tales sutilezas, pronto eran derrocadas.
Ahora, en esta sociedad descompuesta, se nos ha hecho creer en una pila de mierda de conceptos abstractos tales como “felicidad”, “realización personal”, “éxito” y demás basura abyecta. Ahora todo ser humano es un superhombre en potencia, un dios miniatura que se cree con el derecho a disfrutar del tipo de vida que antes, sabiamente se colocaba después de la muerte en un paraíso imaginario, y solo para los que así se lo hubieran ganado en vida . No, los malditos simios ni siquiera dedicaron un cochino minuto a agradecerle a la razón el haberlos sacado de los árboles y colocado al frente de un televisor. No, en tanto se vieron libres de la presión de la selección natural, solo se masturbaron y comieron como cerdos. Y a algunos listos se les ocurrió que así debía ser siempre. Y luego les vino la frustración, el spleen y se mataron entre todos. Ah que bonita fábula como ha quedado.
Si, y ahora todos los simios quieren ser felices las 24 horas del día y la noche, tener un trabajo sobresaliente y cosechar éxitos y triunfos sin fin, encontrar la pareja ideal y comprar los últimos cachivaches de consumo sin perdida. Y si acaso tener una prole igual de feliz y exitosa. Pero olvidan lo importante, su cerebro no esta diseñado para ser feliz ni estar satisfecho. Su cerebro esta diseñado para sobrevivir simplemente, no tiene fábricas mágicas de felicidad sin fin. De ahí que por más que lo intenten no puedan salir de su predeterminismo biológico, del vacío.
Si, el gran problema es el ansia desmesurada de felicidad. Ni Jesús, ni Buda, ni Mahoma predicaron la felicidad aquí en la tierra. La felicidad siempre se destinó al terreno de lo inalcanzable, de lo que no existe en esta existencia material. Para la vida terrena se predicaba la resignación, eso era lo más parecido a algún tipo de felicidad que se pudiera alcanzar en las miserablezas de la existencia carnal. Momentos de lujuria, de tranquilidad y un vasto océano de enfermedades, trabajo arduo y asuntos terribles. Repito, sabiamente. Nadie lo hizo hasta hace poco. Falsos profetas, como Marx o Freud, seguidos por hordas de pequeños imitadores. Y ahora todos quieren estar felices 24/7.
Este discurso acerca de la posibilidad de la felicidad humana ha fracasado estruendosamente. Solo se mantiene porque se descubrió maquiavelicamente útil para venderle basura a muchos y enriquecer a unos cuantos. Ah por que si el móvil de la humanidad es llenar un vacío tan esencial, tan innato, hay filón para rato. Porque nunca se puede llenar del todo. Después de la satisfacción siempre viene la insatisfacción. Después de la embriaguez, la resaca. El tratar de encontrar un sentido trascendente a las necesidades fisiológicas es la mayor estupidez.
Si alguien afirma que es feliz, miente. Es como una de esas películas de terror en la cual en las primeras escenas conocemos a la familia perfecta, los hijos perfectos, los padres perfectos, y luego llega un psicópata y los mata a todos; o resulta que el padre violaba a los hijos en las noches, o que la esposa resulta siendo una encarnación alienígena. Es decir, algunas personas pueden buscar la felicidad, hacer cosas sin sentido, dejar de trabajar, esta bien, no se puede evitar esas pequeñas desviaciones, siempre han habido loquitos en la historia, ¿pero qué pasará el día que todos los humanos hagan lo mismo, perseguir una quimera? Yo lo sé. Muerte, y destrucción, y violación, y caos.
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¿Los humanos, hemos llegado ya al fondo de la imbecilidad o todavía nos falta? Ahora, que tal este cuadro: se suicidan por que el mundo no es de colores fosforecentes y su novia no mide 4 metros y tiene la piel azul:
Avatar provoca depresiones y pensamientos suicidas entre sus espectadores.
Si esperaban pruebas, que más quieren.
