Que se mueran los feos (Oda a la belleza de 'Cambio Radical')
Si es usted feo olvídese de triunfar en la vida. Si tiene gafas, está gordo, carece de algún diente o sufre calvicie, va a ser difícil que encuentre una pareja que le quiera o que llegue incluso a tener algún amigo. Quizá consiga un puesto de trabajo marginal en alguna empresa que, gracias a las subvenciones del Gobierno, haya tenido a bien contratarle, pero tenga presente que esto de ser objeto de discriminación positiva es muy estigmatizador y es probable que nunca consiga promocionar. Su éxito personal y social será, en el mejor de los casos, considerablemente escaso, pero para evitarlo, por suerte, estamos nosotros aquí. Ponemos a su disposición una información que le resultará esencial así como otros medios que le ayudarán a cambiar radicalmente, orientando su vida hacia la felicidad absoluta. Le indicamos ahora un adecuado modo de proceder.
Usted debería comenzar por arrepentirse de ser "un feo" y por agradecer a los demás que le hayan acogido e, incluso, en ocasiones, aceptado. Obviamente, debe usted dar muestras claras de tal arrepentimiento y hacer público su propósito de enmienda. Le sugerimos que coma menos y con menos ansiedad, que abandone la carne (lo cual puede hacer también acudiendo a razones éticas que, sin duda, le darán algunos puntos en esta carrera hacia su integración social), haga deporte todos los días (alguno que esté de moda, si es posible), quítese esas gafas, aplíquese todo tipo de cremas y lociones, oculte sus orejas, no gesticule, no señale con el dedo, no sonría hasta que no le cubran ese hueco o le extraigan los pocos dientes que le quedan, vaya a la peluquería dos veces en semana, vístase a la moda y relájese usted tirándolo todo, cambiando velozmente, al ritmo de las pasarelas conozca las últimas tendencias y "demuestre" usted que tiene estilo y dinero, olvídese de ese rollo casposo del comercio justo y de la sobriedad en el consumo tiene usted derecho a ser feliz, ¿no? Y, además, el dinero está para gastárselo (otro sector de la empresa se ocupará de su problema económico no olvide que aquí estamos para servirle en todo cuanto necesite).
Por supuesto, deje de tomar café y de fumar, como ya le sugirió el Gobierno en la campaña del año pasado: "Su salud es la nuestra". Piense que así como la gente no está dispuesta a pagar el tratamiento médico a los fumadores, bien podría ocurrir que este modo de vida que usted lleva también les resultara gravoso. Las compañías de seguros están estudiando casos como el suyo y piense que si usted no logra asegurarse puede que el Banco no le conceda la hipoteca y sería una lástima que se quedara en la calle, gordo, feo y pobre. Lo entiende usted, ¿verdad? No estaría de más que acudiera a alguna empresa que le ayudara a hacerse ciertos arreglillos que no podrá conseguir por sí mismo. Desde luego, nosotros también podemos ocuparnos. A cierta edad, ya se sabe, la calvicie, la languidez de las carnes, las estrías, pueden resultar inevitables. Aunque haya sido usted anoréxico toda la vida, se haya matado corriendo de acá para allá incluso en los días de lluvia y haya comido lechuga hasta la náusea, hay cosas que sólo se las pueden tratar en los Centros que, como el nuestro, están especializados en garantizar la felicidad y el éxito social. Si es usted mujer y quiere tener hijos, por supuesto, como marcan las últimas tendencias, téngalos sin epidural y amamántelos hasta la extenuación. Esto es muy bueno para el bebé al que sólo debe tocar usted pero, eso sí, no deje de trabajar, queremos mujeres modernas. Le aconsejamos que, después, en su tiempo libre se ocupe de hacer desaparecer la celulitis, las ojeras, las hemorroides (que son vergonzosas) y, desde luego, esos kilos de más. Por supuesto, opérese los pechos y las nalgas o su marido acabará por dejarla por una chica diez años más joven, de cuerpo firme y pechos turgentes. Y es que la maternidad es muy dura, señora, y las dejan a ustedes hechas un cromo.
Y, en fin, dicho todo esto, parece claro que si usted es feo es porque le da la gana y lo que no se puede consentir es que vaya por ahí tranquilamente, como si nada sucediera, mientras los demás, horrorizados, tienen que soportar su fealdad. Constituye usted un pésimo ejemplo para esta sociedad, y su obstinación, su obsesión evidente por seguir siendo un feo, ponen de manifiesto un afán de protagonismo que resulta esperpéntico cuando no patologías extrañas que podrían llegar a ser peligrosas para todos.
Por eso, ahora que aún está a tiempo, le conminamos a que escuche nuestros consejos y a que cambie radicalmente de vida. Los feos, muy señor mío, acabarán por morirse, de una forma u otra, y a los que se resistan habrá que reeducarlos, sin excluir posibilidades más trágicas que no queremos mencionar ahora. La supervivencia de nuestro modo de vida así lo exige y no tiene usted más que echar un ojo a su alrededor para comprobar que estas amenazas se cumplen. No se escapará, señor feo, como no han logrado escapar otros personajes que, como usted, han optado por el camino equivocado defendiendo ideas perjudiciales para ellos y para nuestra sociedad. Deje de ser feo. No ofrezca una absurda resistencia a la felicidad y visite nuestro Centro 'Cambio Radical'. Trabajamos por su bien y por el bien de todos.
MARÍA EUGENIA RODRÍGUEZ PALOP es profesora titular de Filosofía del Derecho en la Universidad Carlos III de Madrid
http://www.hoy.es/prensa/20070420/artic ... 70420.html
Y ni siquiera los feos son interpretados por feos... todo para dar la impresión de que la fealdad es como un constipado que se cura y nunca más regresa, para vender la holliwoodiense promesa de un nuevo "way of life" de la mano de los marcatendencias o maestros de marionetas que, en la sombra, retuercen nuestra existencia a voluntad.
Tenemos que ofrecer una honrosa salida al público consumidor para que modifique de una vez su perversa, grotesca y distorsionada apariencia. Como aparece en cierto juego de ordenador "La estética es un imperativo moral"
Llegará un momento X en el tiempo en el cual encontrar a un humano feo será algo improbable... Y mientras piensan en qué crema me pongo hoy seguirán estando esclavizados por los de siempre... Tan sólo que ahora el control es tan absoluto que exige el cambio de la propia identidad por una falsa, creada por publicistas y asesores de imagen e igualmente vitoreada por dueños de gimnasios, dependientas de boutiques de moda ("Es que no tenemos esas tallas tan grandes"), masajistas de elitistas centros SPA, cajeras de hipermercado o vendedoras freelance de productos de adelgazamiento.
NO HAY ESPERANZA, MALPENSANTE, SOMÉTETE... O MUERE
