Otra pequeña reflexión sobre la maldad fuera ya del ámbito estrictamente fóbico. Vivimos en una sociedad gallinácea que suministra falsas creencias como suerte de pienso para sus tiernos polluelos que se limitan a picotearlo de manera mecánica, casi compulsiva.
Entre estos memes que se van incrustando en el subconsciente colectivo, encontramos uno que aparece ciertamente distorsionado. Se nos propone la vida licenciosa, amoral, ególatra y sin escrúpulos para con el prójimo como garante de altas cotas de éxito, entendido éste como la acumulación de ceros en la cuenta bancaria, lamborghinis en la cochera de la finca de recreo de Torrelodones y furcias de pecho neumático y labio recauchutado (o furcios, que si no luego vienen las feministillas y …) que acuden mimosas como félidas en celo atraídas por la feromona que expele el vil metal, símbolo por excelencia del poder material.“¡¡Pásate al lado oscuro, chaval!!”, acaba sugiriéndonos tarde o temprano una vocecilla interior cual si de un tristérrimo émulo invisible de Lord Vader se tratase.
No señores, así no se consigue el éxito (dentro de la concepción particular que cada cual tenga de lo que es “éxito” que debería presuponerse menos fútil que la anteriormente expuesta). Los logros vitales se alcanzan operando con talento e inteligencia (o siendo un babieca casado con la diosa Fortuna, no vayamos a dejarnos ninguna opción en el tintero). Otra cosa es que el propietario de tales virtudes se decante por el camino de los principios/valores o el de “el fin justifica los medios” para alcanzar sus objetivos.
Mucho me temo que “siendo malo” sin más y en ausencia de algún potencial que sostenga dicha estrategia, no se llega más allá de patán. Bueno, quizá con algo de suertecilla se pueda llegar a Oficial patán de primera. O incluso a Maestro de patanería en el hipotético caso de que la jugada salga redonda, quién sabe. Lo más coherente; actuar desde el pragmatismo sin tratar de ser lo que no se es, potenciando asimismo los puntos fuertes que todos tenemos (aunque a veces nos cueste encontrarlos) y minimizando nuestras debilidades. No hay más.
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