Yo también he llegado a tener esa sensación de “fenómeno de mala suerte” con las mujeres. También la sensación de mala suerte que a cualquier lugar en el que esté, siempre soy el más ignorado.
De la misma forma, he tenido esa sensación de mala suerte con el bullying, porque cada que entraba a un nuevo instituto, tenía la mala suerte de toparme con personas que me humillaban y me golpeaban, en tercero de primaria recibí un mote ofensivo que no pude perder hasta que entré a la Ingeniería, en sexto de primaria algunos lograron que todos los del grupo me ignoraran. En secundaria la mayoría del grupo me humillaba, muchos hombres me golpeaban, en una ocasión incluso me llegaron a quitar los pantalones y me consideraban apático, en el bachillerato me seguían poniendo en vergüenza , me golpeaban, escribían mi mote en el pintarrón y hacían dibujos para ofender la forma de mi cabeza, me escondían mi mochila, rayaban mis libros, y si alguien no estaba en la misma clase que yo, pasaban por el salón gritando mi mote, mientras que todos en la clase se reían, y el profesor sin saber de quién se reían.
Aunque parezca increíble, en este foro ya me crucé con un usuario llamado psiche, quien ya comenzó a provocarme bullying virtual, ese tipo de usuarios que humillan de la peor manera buscando errores en los mensajes y usando gifs animados para que uno se sienta peor. Ni siquiera pude dormir bien a noche por estar pensando en cómo solucionaría ese problema, pero no puedo comentarle algo, sin que él menoscabe cruelmente mis comentarios que con tanto esfuerzo escribo.
Pareciera que es mala suerte, porque no entiendo que fue lo que le hice para que comenzara a burlarse de mí.
Por ese tipo de usuarios no puedo dejar de temblar cuando publico un mensaje, lo único que provocan es que poco a poco me vaya aislando del único sitio en donde medianamente podía socializar, un foro de Internet.
Tanto me han afectado esa clase de usuarios, que no puedo dejar de temblar al conversar en un chat, no puedo tener conversaciones decentes como me las imagino en mis pensamientos, porque me siento como un imbécil.
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