Entiendo la frustración, el dolor y la rabia provocada por el acoso más que nadie. Ahora bien, por mucho que nos haya marcado para siempre (palabras mojadas las de quien profiere sobre cómo se supera este drama personal), NO podemos permitir que nos limite la vida completamente. Es otorgarles una victoria a los acosadores
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Hay que disfrutar de las cosas que nos hacían felices (o parecíamos serlo) por encima de cualquier miedo. No olvidar, ni perdonar, pero tampoco hundirnos porque ése era el objetivo de aquellos que nos abacoraron. Otro punto inasumible es comparar un acoso con una violación. Aunque sean experiencias traumáticas, la segunda es infinitamente más terrible, sus secuelas son peores, tanto a nivel físico como psicológico. Pese a ello, no es óbice reconocer que tienes más apoyo de haber sido víctima de un crimen que de otro. El acoso escolar, sobre todo a varones, todavía es minimizado por pedagogos y otros g i l i p o l l a s.
¿Venganza? Nunca se debe renunciar a ella y, precisamente por este apartado, hay que hacerse más fuerte, más inteligente, más hábil, para, en caso de producirse la oportunidad de fructificarla, no fallar. ¿Acaso hay mayor aliciente que este para no tirar lo que tenemos de existencia por la borda? Creo que no
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