Pues yo creo que esto da para hacer un análisis un poco más serio sobre el sexo, porque con el sexo la gente es muy muy inmadura.
Hay quien considera el sexo como algo prioritario en su vida (hay prostitutas, y no me refiero a las que están en la calle, sino más bien a las que reciben en piso, y disfrutan muchas veces con el sexo) y hay quien lo considera como algo secundario. También puedes estar en un escenario durante una etapa de tu vida y en otro durante otra.
Pero, sobre todo, lo que no se hace es respetar. A toda esa gente religiosa que quiere casarse sin haber tenido relaciones sexuales se les machaca. A los jóvenes japoneses ahora se les machacará. Sin embargo estamos acostumbrados a escuchar a gente fantasmear a lo grande.
En esto como todo, hay gente y gente. En esta vida creo que todos hemos conocido gente a la que le apasiona el sexo y se enrollarían con quien fuese practicamente y gente que es algo más reprimida o que no tiene interés en el sexo. Todas las opciones son respetables, pero lo que está claro es que a quien le gusta mucho el sexo se le nota por la forma de expresarse cuando habla de ello (es como cuando ves a alguien que le gusta viajar hablar de viajes, o a quien le gusta el fútbol hablar de fútbol o de música, se nota que le ponen mucha pasión, te dan detalles y no se cortan un pelo a la hora de hablar de sexo, no son para nada discretos).
En realidad, es bueno tener relaciones sexuales y no haces daño a nadie (si son consentidas, claro). Después, cada uno puede tener mayor o menor deseo sexual. Mi deseo sexual ahora mismo está en mínimos, pero en verano sube muchos enteros y se pone al máximo. Imaginaros yo que suelo acudir a playas nudistas (quien me lo diría hace unos años) y aunque suele haber mucho cuerpo pellejo, hay veces que te encuentras a mujeres increíbles. Recuerdo una vez que me encontré a una chica impresionante con un culo bestial y unas tetas preciosas que no paraba de reirse y de corretear con su perro y lo pasé un poco mal. Y otra vez, que iba paseando tan tranquilo y volviendo a la toalla pasé al lado de una pareja y ella no paraba de mirarme de arriba abajo. Sé que había un deseo entre los dos y aunque tendría cerca de 50 años estaba increíble. Hasta tal punto que si no llega a estar sola le ataco ahí (estaba con su marido, un viejo calvo).