Cita:
Iniciado por perrodelacalle
La medicación no tiene nada que ver en tu estado anímico...
|
No seré yo quien diga qué tiene que ver y qué no con el estado anímico, pero sí estoy seguro que los medicamentos -para problemas psicológicos y psiquiatricos, al menos- tienen que ver, a diferentes niveles y con variados efectos, con el estado anímico.
Ahora, no sé si el medicamento (el cual es la primera vez que oigo nombrar) del que él habla tenga algún tipo de relación, positiva o negativa, registrada formal o científicamente, así que sí puede ser que este no afecte a lo otro; puede ser cualquier otra cosa o una conjunción de factores. Y, claro, si es un medicamento que está pensado para algo completamente distinto y hasta ajeno, pues difícil saber cuánto puede influir.
En todo caso, desde mi experiencia con fluoxetina, me hallo realtivamente identificado con la sensación que describe, en la medida en que, durante el tiempo que estuve tomándola, me sentía, a grandes rasgos, mucho más activo, menos cansado, "melancólico" y ansioso, pero, paradójicamente y al mismo tiempo, más propenso a aplazar cosas y dejar que el tiempo pasara por el fastidio que me generaban. Podía notar, claramente, que ya no estaba -tan- mal pero no a costa de "medaigualismos" sino, de plano, de pasar de las acciones impuestas que están encadenadas a cosas y prácticas que, en el fondo, detesto.
Sin embargo, debo añadir que, mirándolo un poco en retrospectiva, debí haber aprovechado para cambiar de
actitud y ser más proactivo, pues creo que, en una buena parte, ese estado de desprecio se originaba en un círculo autorreferente en el cual yo mismo no hacía más que perpetuar el tedio y la inacción, justificándolo con ideas y percepciones que, a fin de cuentas, no "bajarían" a resolver mis problemas o a vivir por mí.
Entonces, creo que bien podría aprovechar haber escapado del "hundimiento moral y anímico" para proyectarse, por mucho que le cueste, en acciones más provechosas que la pasividad. Siento que, en últimas, debemos ser pragmáticos y obligarnos, por más odiosa que sea la perspectiva.