Somnolencia, embotamiento afectivo, reducción del estado de alerta, confusión, fatiga, cefalea, mareo,
debilidad muscular, ataxia o diplopia. Estos fenómenos ocurren predominantemente al comienzo del
tratamiento y generalmente desaparecen con la administración continuada. Otras reacciones adversas tales
como alteraciones gastrointestinales, cambios en la libido o reacciones cutáneas pueden ocurrir
ocasionalmente.
Las reacciones adversas más frecuentes en los pacientes con trastornos de angustia son: sedación o
somnolencia, fatiga, ataxia o deterioro de la coordinación y disartria. Menos frecuentemente aparecen:
alteraciones del estado de ánimo, síntomas gastrointestinales, dermatitis, problemas de la memoria,
disfunción sexual, alteración de las funciones intelectuales y confusión.
Fuente: prospecto del medicamento proporcionado por el centro de información de medicamentos de la AEMPS.