Uf... durante mucho tiempo viví de ilusiones, esperando que algo cambiara o llegara algo ansiado y cuando veía que nada pasaba y todo seguía igual me lamentaba por vivir de esa manera. Haber vivido las cosas te enriquece, aunque lo hayas pasado muy mal. Pero opino que tampoco hay que vivir sólo de recuerdos, no hay que encerrarse en ellos.
Las dos cosas son necesarias en su justa medida, pues no se puede vivir sin ilusiones (bueno... si, pero no debería) y los recuerdos forman parte de nosotros.