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Antiguo 23-sep-2011  

Se acerca el fin de semana y aquí encerrado en mi batcueva, con el pantallón iluminado permanentemente con datos insustanciales, pretendo narrar un hecho sucedido esta semana, con un deje de pesadumbre y un poso de amargura en mi memoria.

Es la tristeza de tragedia griega que genera la experiencia de un fóbico social cuyos anhelos le hacen acercarse a los demás, abrirse en canal su alma para que todos puedan percatarse acerca de lo que piensa y siente y que, por otro lado, su mal le impide realizar esto de la manera y forma socialmente aceptable, teniendo que conformarse con una vida que no es vida, en una pantalla de televisión. Entretenimiento, cine, juegos, foros, cibercharlas, cibersexo, ciberpollas... Esto no es lo que quiero pero no puedo alcanzar más.

Día 22 de septiembre de 2011. Hora: cercana al mediodía. Lugar: mi centro de trabajo.

Prosigue mi rutina que, gracias a Dios, ya domino en su práctica totalidad. O eso es lo que creía porque estoy a punto de padecer otro Factor T. "¿Y qué es el factor T?" -me pregunto sin sorpresa y respondo con cara de pocos amigos: Factor Tomate. Factor Timorato. Factor Tarambana. Factor Timidez. Factor Tontolaba. Factor Tequieresesconderperonopuedes.

No atiendo al público. No porque no quiera. Es porque no puedo. ¿A quién se le ocurriría poner a un paralítico cerebral como repartidor de pizzas? A nadie. Existen trastornos y discapacidades bien conocidas por todos (unas más que otras) y a las personas que las padecen se les trata de dar alguna salida laboral más o menos digna. Es justo. Nuestra sociedad avanzada no les relega a una esquina para que den pena y pidan dinero como en los tiempos de "El lazarillo de Tormes".

Sin embargo, ¿quién entiende hoy en día las implicaciones de la fobia o ansiedad social? Muy pocos. Y lamentablemente ayer se volvió a repetir el factor T. ¡Aquí hay tomate pero del bueno! Yo sería el primero a quien le encantaría poner cara agradable, no sudorosa y responder a las cuestiones de una bonita y joven administrativa en materia laboral de forma profesional, con la libertad y la seguridad de estar dando a los demás una imagen del yo con el que convivo todos los días y al que tengo tanto aprecio porque creo que soy un tío cojonudo y a veces genial pero con una grave discapacidad y profundos déficits de memoria. Pero no puedo. NO PUEDO.

Día tras día choco con la realidad de mi vida profesional, claramente capada, para que encaje con mis habilidades y talentos que, de no haber sido víctima de esta discapacidad, de seguro me hubieran llevado más lejos, tanto en el apartado laboral como en el sentimental. Lo cierto es que mi hipopituitarismo de nacimiento ha provocado que yo sea lo que siento que soy ahora: un hombre traicionado por sus sentimientos cuyo patetismo causa una cierta dosis de conmiseración por parte de sus compañeros, lo cual agradezco porque podría convertirse, como ha sucedido otras veces, en una fría y descarada burla.

En un mundo paralelo yo podría tratar de responder con la rapidez de una flecha, la seguridad de un tanque, la precisión de un bisturí y la gracia de un florete. En el mundo para lelos que yo habito respondí con la parquedad de un funcionario de los años 70, con los titubeos de un anciano enfermo de Parkinson, las prisas de un adolescente en su primera vez y el ardor de un horno de leña en plena combustión. Inaceptable pero cierto. Es mi vida, lo veo todos los días.

Termino mi narración insinuando que la realidad supera la ficción. Si, tras este relato, pensáis que fue malo, el malo fui yo contándolo. Fue todavía peor. Y se repetirá a no más tardar la próxima semana.

Seguiré informando puntualmente. Mientras tanto, otra bellísima (para mí) mujer pensará que soy idiota. Y es algo que no puedo soportar...

No os preocupéis, se me pasará...


Última edición por Verandris; 23-sep-2011 a las 18:20.
 
Antiguo 24-sep-2011  

Lo mejor es que se pase y no vuelva. Pero para ello lo mejor es no dar cobijo a esos sentimientos nocivos sobre uno mismo que te hacen tu peor enemigo. Esa imagen que tienes de ti mismo es el punto a tratar. Vamos a ver, disociemos 2 cosas, que son al fin y al cabo lo que disocia tu mente. Por una parte, ese implacable narrador omnisciente que a cada momento comenta lo que hace la parte ejecutiva, pero que no se mete de lleno en las acciones donde se le requiere; por otra, la parte ejecutora, dependiente de los comentarios que le lanza el narrador omnisciente y que, por lo regular, pocas veces albergan un brillo esperanzador, siendo por contra devastadores y recriminadores, anulando todo lo bueno que hay en él, toda su voluntad, su empeño, haciendo aún por encima que pase a perder el tiempo en pensar cómo hacer algo de manera que no quede mal.

Es uno de los mayores problemas de la FS. Esa exigencia que acaba por destruir a uno de manera que lo inmoviliza, lo amordaza, lo relega a un colchón para recriminarse todo lo malo y lo bueno, para echarse sobre los hombros culpas que no debiera echarse, para engordar faltas que no pesan más que una loncha de jamón de york, para afligirse y pedir papas a las primeras de cambio. Esa voz perfeccionista es la voz de la devastación, pues a veces me temo que ni teniendo uno el aspecto de Brad Pitt, la inteligencia de un astrofísico de referencia, el humor de Berto Romero y el poder de persuasión de un buen abogado, todo ello junto, ni por esas se quedaría callada.

A veces no se trata de especular lo que uno llegaría a poder hacer si tuviera... o si fuera... no señor, de lo que se trata es de forzar los límites de lo que nos corresponde por naturaleza, y en eso muchas veces los que parten con cómodas ventajas se verán relegados a planos secundarios frente a la voluntad férrea de otros con menos aptitudes iniciales, pero con unas actitudes inmensas. Es el hambre, la voluntad, la perseverancia. Y veo que en ese sentido eres una mina pues a pesar de lo que te tocó has sabido salir adelante con tu esfuerzo, con tu inteligencia -que no deberías soslayar, ni mucho menos, y que a menudo los foreros podemos contemplar por escrito- y con tu fortaleza.

Ahora bien, has de amordazar a ese ser destructivo que te inmoviliza. ¿Cómo? Creo que yo no soy el más apropiado para dar consejos, pero cuanto menos tiempo de réplica le dés en tu mente, cuanto menos te importe su intransigencia y cuando más avances sin pararte a poner una calificación a cada cosa que hagas, menos margen tendrá. Y una cosa, sólo una, pero que me ha molestado mucho: nunca te trates así, nunca insultes a nadie como paralítico cerebral, y menos faltando a la inteligencia de este auditorio. Quedas avisado.
 
Antiguo 24-sep-2011  

Has dado en el clavo una vez más, Rashkolnikov. Mi peor enemigo soy yo mismo. Siempre lo es el que mejor nos conoce...

Y sobre lo del paralítico cerebral era simplemente una metáfora. No traté ni de identificarme con uno de ellos ni de faltarles al respeto (Dios me libre, estamos en este barco juntos). Simplemente a veces siento un poco de, sí, de envidia por las discapacidades visibles. Ellos ya tienen bastante pero nosotros, ¿por qué nadie nos ve como discapacitados? ¿Por qué no reconocen nuestros esfuerzos?

Muchas veces me he encontrado con comentarios por parte de mi propia familia (que son los que más duelen), relativos a que igual sudo mucho o me acaloro porque voy muy deprisa a todas partes, o cuando insisten en que vaya a fiestas o asista a reuniones sabiendo cuales son mis credenciales y mi opinión al respecto. A veces es recomendable forzar la máquina un poco pero no creo justo que tenga que estar meando fuera del tiesto las 24 horas del día. Afortunadamente, ahora esas exigencias no lo son tanto por parte de mi familia. Creo que empiezan a entenderme... mis padres, claro. El resto están todavía en la inopia.

Sobre lo de atrapar a ese ser tiránico que habita en mi interior, tranquilo, estoy en la lucha. Fue sobrealimentado en mi infancia y ahora se siente dueño y señor de mí. Que cosa, parece como si fuera esquizofrénico. Tan sólo es fruto de todos los comentarios hirientes y destructivos que se me hicieron y yo asimilé como propios. No es fácil dejarlos de lado pero, como dije en otro hilo, nunca me rendiré.

Última edición por Verandris; 24-sep-2011 a las 16:59.
 
Antiguo 25-sep-2011  

Si el resto de la humanidad viera ese Verandris gracioso , directo , soñador , increible narrador, de una gran sapiencia y cojonudo en general... tendrias el mundo a tus pies!
Ahora solo falta que tu lo veas pues aqui en el foro la mayoria ya nos hemos percatado de ello.
Mucho animo !!
 
Antiguo 26-sep-2011  

muy filosoficos...
 
Antiguo 26-sep-2011  

En mi ciudad la mayor parte de la gente se piensa que soy el tonto del pueblo así que alguien estará equivocado!!!

Un beso, guapa
 
Antiguo 26-sep-2011  

Pues creo que tu pueblo esta lleno de tontos y lo digo con el respeto que me es posible. Ya que no ver lo evidente ... es de tontos profundos.
Solo decirte que no desesperes y que lo dicho es desde la mas absoluta sinceridad.
Eres un picaro encantador y si no lo ven es porque no quieren y no por que no lo seas.
La gente no se para a profundizar ni a nada que requiera un nimio esfuerzo. Te etiquetan y listo . Y sinceramente asi van las cosas...
Tu tienes mas talento y riqueza interior en el meñique , que todos ellos juntos!
Se que no sera ninguna panacea para ti lo que yo pueda decirte .... pero animate porfavor. Me preocupas.
 
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