Yo francamente agradezco que no me miren fijamente, me pone tan nervioso que acabo por no seguir la conversación.
El problema es que ya no sólo no miro a los ojos a la gente, si no que ni siquiera miro a la cara, y eso parece que la gente se lo toma como falta de interés por ellos o por lo que dicen.
(la vedad es que a veces aciertan, jejeje
)