Sé que es un tema muy manido, pero mi estado anímico me ha llevado a ello. Esté con quien esté (familia, amigos, novia o solo), haga lo que haga (leer, viajar, ver películas o hacer deporte), desde que tengo uso de razón siempre en los días festivos he tenido la sensación de que se avecinan catástrofes o males. Como si se acabara el mundo. En cambio no me ocurre si, por ejemplo, los demás curran y yo no, como pudo ser ayer, Martes 7.
Me gustaría saber a cuántos de vosotros os entran ganas de fenecer exageradas en días festivos y cómo lo domináis. Y si hay alguien que pilote el tema, que me dé una explicación plausible. No me sirve la cantinela de que al día siguiente tengo que trabajar, porque el domingo, por ejemplo, también estuve así.
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