Después de año y medio desempleado hoy he ido a una entrevista de trabajo y el entrevistador me ha dicho que estoy contratado. En realidad no sé por qué me ha elegido a mí, ya que supuestamente había entrevistado a otras siete personas a lo largo del día que se postulaban al mismo puesto; tal vez porque mis aspiraciones salariales eran bastante bajas.
Y alguno se preguntará por qué he decidido publicarlo en el foro. En realidad no lo sé, pero tenía ganas -como se verá a continuación- de desahogarme un poco.
No me siento feliz por haber encontrado empleo, sino todo lo contrario: triste y angustiado. Triste porque me había acostumbrado a no trabajar y a ver cómo pasaba cada día sin que fuera mucho lo que hiciera; y ahora sé que mi vida va a cambiar drásticamente, que me tocará estar todos los días de la semana, dedicando la mayoría de las horas de mi existencia a un trabajo aburrido y rutinario. Me tocará leer cientos de manuales sobre impresoras (pues trabajaré dando soporte técnico de estos productos), y la idea me agobia porque no me imagino motivado teniendo que aprender miles de detalles técnicos que en el fondo me repulsan.
Y estoy angustiado porque no sé si daré la talla para este empleo. En mi puesto será necesario que sea proactivo, algo que yo sé que me será imposible tratándose de un tema que no me interesa (impresoras). Y además la oficina me deprimió un poco: no vi ni a ningún otro empleado joven, por lo que veo muy poco probable que me haga amigo de mis colegas (y sí, actualmente no tengo amigos). Y solo hay otro ingeniero: mi jefe.
Lo otro que me angustia es que quizás a partir de ahora me tocará decirle adiós a mis sueños. Ya casi no tendré tiempo para escribir, y a duras penas podré leer de noche sobre lo que me interesa. No puedo evitar imaginarme desmotivado durante las horas de trabajo, y no puedo evitar imaginarme haciéndolo todo mal.
Pero no me quedará otra que esperar (por no decir que resignarme) a que pasen estas primeras semanas. En fin, el miércoles comienzo y sé que éste último día de "libertad" que me queda (mañana) lo sufriré pensando en las mismas cosas una y otra vez.