Nada parece tener sentido. Naces para ser un don nadie que trabaja 40 años para enriquecer a otro ganando la mitad de lo que merece. Para entregar los mejores años de tu vida matandote por una rutina de la que no puedes escapar. Y cuando crees que todo ha terminado y ahora tienes tiempo libre, eres un decrépito viejo con un pie en la tumba. Nadie conseguirá nada. Jamás hará algo importante. Sólo trabajará para poder comer. Y todos piensan lo mismo "éso no me pasará a mi". Pero lo siento, no eres especial, no eres diferente. Tu paso por este mundo no es importante. Te haces la idea de que no es así, de que naciste para algo, pero es sólo un engaño para no encarar la realidad de que no vales nada. Te hacen creer que vales para que cada mañana te levantes a hacer tu mísera rutina sin percatarte de lo absurdo que es todo.
Uno de los grandes sinsentidos de la vida es la amistad. Los amigos no existen, todos quieren tener amigos pero no se toman el trabajo de ser uno. Todos se quejan de que los han dejado de lado, que la gente pasa por su vida sin dejar huella, que los olvidan, etc... Pero no se percatan de que ellos tampoco han dejado huella en nadie; no recuerdan el nombre de todas las personas que han pasado por su vida; y que si no ven nada interesante en los demás, probablemente los demás tampoco vieron nada en ellos. La gente aspira a tener lo que no puede ofrecer.
Y el amor, otra estupidez. La gente cada 6 meses encuentra a "tienes los ojos más bonitos que he visto". Luego de palabrería cursi, acostones y protocolos románticos patéticos como salidas familiares y pasar tiempo juntos (tiempo sin sexo), terminan la relación porque "no eres tú, soy yo", que no es más que otro nombre para "sí eres tú, ya no me satisfaces como antes así que buscaré algo mejor".
Nada vale la pena en este mundo y estar muerto no puede ser peor que tolerar toda esta vida nauseabunda.
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