Buenas a tod@s.
Llevo trabajando unas semanas en un nuevo curro, entre con una vitalidad y una energía inusitada, queriendo demostrarme que puedo con mis neuras y mis ansiedades. Hasta hoy no había experimentado dudas. Sólo el primer día tuve un cierto nerviosismo, lógico por otra parte. Pero aprendí enseguida lo que tenía que hacer y eso me calmó y reconfortó enormemente. Además, el compañero que me tocó, ayudó sobremanera a que todo fuera más fácil.
El caso es que, hace un par de días, me llamaron del curro para decirme que cambiaba mi turno a por la tarde o lo que es lo mismo, iba a tener nuevo/s compañeros de faena. Ayer por la noche, sin previo aviso, comencé a dudar. No entiendo como pasó, pero mi nerviosismo fue en aumento a medida que iba pasando el tiempo, y cuando tenía que salir para ir al curro por la tarde mi estado era alarmante. No veía más que fantasmas que creía ya alejados. Era un manojo de nervios y todo lo veía negativo. Mi madre me habló antes de salir y ni tan siquiera entendía lo que me decía, ya que mi mente estaba en blanco debido a la tremenda ansiedad que tenía.
Total, pese a todo fui al curro. A cada metro que iba acércandome al curro iba a peor, y encima hoy iba sólo y no con mi compañero de fatigas. Al llegar al trabajo estaba como un flan, pero guardaba la compostura a duras penas. Ví al encargado y esperé fuera a que él saliera para preguntarle que tenía que hacer hoy. Él estaba con otros empleados y al darse cuenta que estaba fuera, como un pasmarote, se echó a reir junto a los otros empleados. Ese fue el peor momento de todos, casi tiré la toalla. Mis demonios habían vuelto a despertar con más fuerza que nunca. Pensé "¿por qué se rien de mi? Soy una mierda, un claro objeto de burla constante" "puto encargado, ojalá se muera" y frases por el estilo que se agolpaban en mi castigada mente. El encargado salió a avisarme de que podía entrar y que no me quedase ahí parado, llamó a un chaval y esté me dio tarea que hacer. Me puse a hacerlas sin más y sin que mi estado de ansiedad me dejara ni por asomo.
Una hora después me encontré con el que iba a ser uno de mis compañeros de hoy, que había estado haciendo no se que cosa y que por ello no me lo había encontrado. Estaba ansioso perdido, con ganas de morirme y de mandar todo a la mierda, acabando con esa agonía como ya hice en otras oportunidades... pero luché. Me sorprendí a mi mismo porque decidí afrontar mis miedos a pecho descubierto. Lejos de quedarme callado y dejarme absorber por mis pensamientos al estilo "este me mira mal" "soy lo peor", fui abierto y tremendamente afable con él, parecía casi que le conocía de toda la vida. No fue algo forzado, me salió absolutamente espontaneo. Es cierto, seguía consumiéndome la ansiedad y por momentos se me trababa la voz, pero mis ganas de vivir y mi coraje susperaban un obstáculo que tiempo atrás habría decidido bordear e incluso no afrontar. Siguió pasando la tarde y me presentaron nada menos que al que maneja ahí el cotarro. Yo quise desaparecer, pero volví a sorprenderme a mi mismo porque me mostré de nuevo abierto y hablador. Después me enseñaron a hacer un par de cosas que no sabía, y a pesar de todo lo afronté con un par, no estaba dispuesto a perder todo lo que había conseguido avanzar en estos meses (en Noviembre-Diciembre toqué fondo, ya os lo contaré otro día).
Así que, amigos, os digo que todo está en vuestra mano porque esas ansiedades que uno tiene y esas paranoias que nos entran en la cabeza, la mayoría de veces no tienen nada que ver con la realidad. Mi encargado, al que puse de mil vueltas cuando llegé esta tarde al curro, es un tipo genial en todos los sentidos. Todo lo que pasó lo interpreté de una manera muy lejos de la realidad. Simplemente le hizo gracia que, después de unas semanas que llevo trabajando ahí, aún muestre esa timidez a la hora de entrar y preguntarle que hacer con total naturalidad. En estás semanas, el encargado se ha mostrado como una persona muy amable y considerada, aparte te deja total libertad para hacer tu trabajo sin estar todo el rato encima como hacen otro. No es posible que alguien cambie de la noche a la mañana, por lo que ya sé que todo es una película que me monto.
Luchad, vosotros mismos tenéis la llave de vuestra felicidad o al menos para salir de esa cárcel en la que nosotros mismos nos metemos sin darnos cuenta. No es todo de color de rosa, pero tampoco es el negro que nuestra mente nos hace querer ver en tantas ocasiones. Hay personas muy buenas que nos perdemos conocer por esas barreras que no afrontamos. Echadle coraje como estoy tratando de hacer estos meses, a pesar de mis días malísimos como hoy. Vivid la vida y no os amilanéis ante nada y ante nadie.
Sí alguien necesita de mi ayuda o simplemente desahogarse que me mande un privado y si quiere le doy mi Messenger. Os entiendo perfectamente a todos los que llevais como yo, sufriendo estas malas pasadas... Lo mío es desde que tengo uso de razón, pero sólo desde hace meses he decidido afrontarlo realmente y que sea lo que Dios quiera.
Mucho ánimo y a demostrar al Mundo lo que valéis,
¡OSTIAS!.