Están durmiendo. Las cábalas mentales para reducir la ansiedad ya no son necesarias. Puedo dar rienda suelta a los rituales. Desde este momento hasta que termine el post me habré levantado de la silla unas cinco veces para tocar la pantalla del televisor, el respaldo de la butaca, las patas de la mesa y un largo etcétera que se prolonga por casi toda la casa. Me pregunto que pasaría si yo fuera un concursante de Gran Hermano. Qué pensaría la gente al ver a un tío tocando tres veces cada esquina del espejo del baño, y ya en la cama, levantarse para volver a hacerlo. ¿Aguantaría tres meses disimulando las 24 horas? Creo que no. Es más probable que acabara pegándole un puñetazo al primer palurdo que comiera de más o se meara fuera del váter. Pero no. No es el TOC lo que más me preocupa.
Es la fobia social lo que me ha puesto de rodillas. Por ella perdí los poquísimos contactos que merecía la pena conservar. Por ella no hablo ni salgo nunca con nadie. Estoy harto de ser un loco antisocial para mi comprensiva familia (modo ironía a la máxima potencia), un chico tímido y formal para los que me conocen poco, y otra persona totalmente distinta en mi interior. Quiero coherencia. Ser un hombre de una pieza. Lo que casi nadie es; fobia social al margen.
Alguien dijo una vez que todo el mundo debería pasar por la depresión al menos una vez en la vida. El dolor es algo tremendamente útil si se aprende de él. Sé que soy mucho mejor persona de lo que sería de no haber padecido fobia social. Pero tengo que pasar página y quiero hacerlo ahora.
El año pasado tuve la peor depresión de mi vida. Llegué a pensar que no aguantaría la embestida. Pero después de varias semanas tirado y sin apenas comer, renací. Me empecé a sentir mejor y me comprometí a dar el máximo de mí.
Desde entonces he dado varios pasos en la buena dirección. Pero creo que el siguiente es la medicación. Ir al médico y confesar lo que llevo años escondiendo, aunque me cueste y acabe llorando. Doparme como se dopaba Lance Armstrong. Yo al menos no tendré el descaro de creerme alguien.
Salir a la calle y ser yo sería un sueño. Solo me gustaría saber si la medicación podría arrebatarme las ganas de hacer cosas. Porque es eso lo único que ahora mismo me mantiene vivo. El mejorar cada día. Es cierto que por las mañanas siempre estoy melancólico y quizás no tenga muchas ganas de hacer cosas, pero por alguna razón por las noches no puedo parar. Si alguien me puede orientar en esto, se lo agradezco.
Edito: Sigo investigando acerca de la fobia social y emprendiendo acciones para vencerla. He recapacitado y no voy a ir al médico por el momento. Creo que los antidepresivos no son la solución. Es solo que a veces me veo sin fuerzas para seguir así y me tienta la idea de acudir a ellos.