Buenos días foreros. Primero de todo quiero presentarme (aunque sé que esta no es la sección para ello, pero seré breve). Soy nueva aquí, aunque llevo algunos años pensando que quizás mis problemas vienen por una fobia social. Estoy a punto de terminar la carrera, y necesito darle un cambio de aires a mi vida, porque sino me van a comer ahí fuera.
Mi duda es si debería o no acudir a un psicólogo. Esta idea me da bastante reparo, puesto que para ello tendría que ir al médico de cabecera y pedirle que me derive al psicólogo, y me da bastante vergüenza contarle esto, porque no sé si mi problema es tan grave como para necesitar ayuda profesional o no. Es por eso por lo que estoy aquí escribiéndoos; para que me ayudéis a considerar si tengo o no que pedir ayuda a un psicólogo.
Os cuento un poco los antecedentes para situaros:
De pequeña siempre tuve amigos, tanto en la escuela como en mi barrio, y casi nunca paraba por casa jugando todo el día en la calle, pero todo cambió cuando entré en el instituto. Estuve 4 años de mi vida (toda la ESO) sufriendo bullying (insultos, desprecios, rechazos, golpes físicos, humillaciones, amenazas, etc.), y creo que ese es el origen de mis problemas (aunque tengo que decir que tal vez yo misma me lo busqué, ya que entré en el instituto con unos aires que no eran normales: provocaba a todo el mundo y vacilaba a saco, cosas de las que me arrepiento mucho, porque por ello me gané la fama que me gané). En esos años me aislé y no tenía amigos fuera de internet. Llegué a pasarme veranos enteros sin salir de casa, sólo conectada al ordenador todo el santo día porque era la única manera de interactuar con otras personas de manera segura para mi integridad física y tal vez también psicológica (sin embargo, hace años que he notado que incluso a través de internet me cuesta interaccionar; me cuesta mucho participar en foros virtuales, por vergüenza, aún sabiendo que me protege el anonimato).
Las amigas que pensaba que tenía en el instituto eran las mismas que me pegaban e insultaban, me humillaban y marginaban, pero yo seguía yendo con ellas, porque era o eso o estar completamente sola. Raro era el día que no terminaba llorando por una cosa u otra. Muchas de las actividades que se organizaban en el instituto las evitaba (muchas de éstas consistían en hacer cosas en la playa, etc. lo que implicaba tener que ponerme un bikini, y yo en esos años estaba un poco gordita, y me daba vergüenza que mis compañeros se rieran de mi y me humillaran por eso). Los pensamientos suicidas estuvieron presenten durante todos esos años, aunque sólo muy de vez en cuando, por suerte.
Actualmente, y una vez que entré en bachillerato (ahora ya estoy en tercero de carrera), tuve alguna amiga que me trataba bien y me sentí un poco más integrada. Aún así, soy incapaz de hacer amigos por mi misma. Todos los amigos que tengo los tengo por ser amigos de la única amiga que me queda de bachillerato.
Salir a la calle me cuesta mucho si tengo que hacerlo sola; si voy acompañada por alguien la cosa cambia, pero si tengo que ir a algún sitio sola, eso me crea mucha ansiedad. Sin embargo, aunque salga a la calle con alguien más, a veces (casi siempre) me da ansiedad igualmente. Esto lo noto sobretodo cuando voy a clase (tengo un grupito de amigas en la universidad, y si algún día no hay ninguna de ellas no me relaciono con ningún compañero más; soy incapaz de ello, no sé cómo hacerlo). Pues bien, en clase estoy algo nerviosa: me sudan las manos y cada día religiosamente, aunque haga pipí antes de entrar a clase, en media hora vuelvo a sentir unas ganas imperiosas de mear, y luego cuando voy al baño resulta que casi no tenía pipí, aunque sentía que me explotaba la vejiga. Esto me pasó el otro día que fui al teatro (también me pasa cuando voy al cine). Iba acompañada de mi novia, pero aún así nada más entrar y sentarme rodeada de gente, tuve los mismos síntomas que cuando voy a clase: sudor en las manos y sensación de querer orinar urgentemente (aunque luego cuando fui al baño apenas meé). Lo que más me jode de la ansiedad que siento son esas ganas de mear cuando en realidad no tengo pipí, esto es quizás lo que más me urgiría solucionar, porque es muy incómodo.
También cuando voy de compras con mis padres a algún centro comercial me pongo muy agresiva e irritante con ellos, y cualquier cosa que diga mi madre me ofusca y soy muy borde y tajante. Y creo que eso es por la ansiedad que me crea estar rodeada de tantísima gente.
Me gusta ser muy calculadora y tenerlo todo milimetrado. Cuando hago algún plan con alguna de las pocas amigas que tengo o con mi novia, necesito tenerlo todo claro y bien atado, sino no me siento a gusto y me pongo muy nerviosa. También soy muy estratégica: ahora que ha llegado el verano, me gusta salir en bicicleta por las mañanas para hacer un poco de ejercicio. Pues bien, siempre hago la misma ruta y siempre busco los horarios en los que me cruce con la menor gente posible (por eso voy por la mañana bien tempranito).
Otra cosa que no os he contado de cuando estoy en clase es que normalmente las clases consisten en 2 o 3 horas de teoría y luego 1 hora de práctica en clase sobre la teoría. Pues bien, siempre que puedo intento evitar esa hora de práctica, porque suele requerir mucha participación por parte nuestra (los alumnos) y tengo mucho miedo de que el profesor me haga hablar a mí y quedar en ridículo o no saber qué contestar, y es por eso que siempre que puedo intento irme después de la teoría para evitar esa situación.
A pesar de todo esto, me gusta y me siento a gusto cuando estoy con mis amigas, me lo paso muy bien, pero me frustra no ser capaz de hacer más amigos, porque me cuesta mucho hablar, no sé casi nunca qué decir para no hacer el ridículo, por eso soy muy callada, y con la gente que no conozco no suelo hablar demasiado, sólo lo justo y necesario, y si es posible, ni eso. Cabe decir, que cuando hablo voy muy acelerada y a veces, casi siempre, se me traban las palabras, por eso no me gusta hablar demasiado, porque sé que no se me entiende, me trabo y me cuesta mucho expresarme y siempre tengo que practicar interiormente las cosas que voy a decir, incluso a veces me invento situaciones en mi cabeza y practico a ver qué diría y cómo lo diría si me encontrara en esa situación.
Por otro lado, a causa del nerviosismo que me provoca salir a la calle o ir a clase o a cualquier otro sitio con gente he desarrollado un tic que consiste en arrancarme los pellejos de las uñas de los dedos de las manos, por lo que tengo las uñas destrozadas, pero es algo que no puedo evitar. Incluso en casa sigo haciéndolo.
Siento que esto sea tan largo, pero considero que es información necesaria para que podáis ayudarme a decidir si mi problema es tan grave como para tener que ir a un psicólogo, o si simplemente con el tiempo se me irá pasando poco a poco. Intento poner de mi parte, salir más a la calle (aunque sea acompañada), hacer ejercicio al aire libre, e incluso ahora voy a participar en un voluntariado (aunque no tiene mucho mérito, porque lo que me ha empujado a ello son los créditos universitarios que me darán por realizarlo).
En fin, si os leéis todo esto y podéis aportarme alguna pequeña ayuda, os estaré muy agradecida. He decidido que es el momento de empezar a cambiar, pero no creo que eso pueda hacerlo yo sola. Llevo muchos años con este problema y aún no he sido capaz de solucionarlo, aunque voy haciendo pasitos pequeños. Pero quizás con ayuda de algún profesional avanece un poco mejor.