A veces hasta yo mismo me sorprendo de lo mucho que te puede cambiar el estado de ánimo o el estado general en 24 horas. No sé a vosotros, pero a mí, que he estado enredado con temas de ansiedad desde casi siempre, un solo pensamiento, un temor, puede llevarme desde el bienestar absoluto hasta un cuadro importante de ansiedad que siempre conlleva síntomas de depresión. ¡Y nunca he sido depresivo! Pero en esos días nada tiene mucho sentido y todo se eleva ante ti como una montaña imposible de escalar.
Siempre leo por ahí que si la ansiedad va asociada a la depresión, o puede ir, pero lo que casi nunca leo es la depresión como consecuencia de una crisis de ansiedad. Y ese es mi caso. ¿Os suena familiar?