Depende de la persona. Si fue alguien, cuyo modo y obra me lastimó, pero creo que no tiene realmente mal fondo, no contestaría a su llamada (de hecho, me pasa actualmente) para evitar más enfrentamientos inútiles. En cambio, si el individuo se comportó con mala fe y, escribiendo en plata, se la estaba buscando, no dudaría en mandarle a paseo de los peores modos
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Sobre el fenómeno tratado holísticamente, considero un error fatal dar segundas oportunidades. Cuando algo se rompe, lo más saludable es dejarlo así y mirar hacia delante. Para la inmensa mayoría se trata de un proceso doloroso porque implica terminar con una relación amistosa, la cual pudo comenzar hace muchos años, no obstante la quiebra de confianza - que siempre da asco
- es inequívoca señal de no haber posibilidad de vuelta atrás.
Las personas con dificultades para relacionarnos tenemos la ventaja de no saber lo que es estar atado a otros, ya que éstos siempre nos dieron de lado. Habría que observarlo como una virtud
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