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De hecho, hace poco más de una semana llegué a una explicación parcial de porqué la conquista romántica/sexual es algo generalmente sostenido en tan alta estima.
. . .por la mediocridad que busca reivindicarse a través de lo vulgar.
Observando las exigencias mecánicamente (y, sobre todo, públicamente) planteadas por cada mujer en relación a
todos sus prentendientes -
que sea lindo, inteligente, con mucho dinero, simpático, cómico, protector, alto, etc, etc. . . - noté el burdo absurdo de esta actitud ya a nivel matemático.
Cuando hablamos de alguien "lindo" o "inteligente" (o cualquier característica que implique una valoración) hablamos de una minoría. Es decir, en torno a este tipo de cosas hay lo que se conoce como una distribución normal; hablando mal y rápido, cada 4 personas hay 1 imbécil, 2 mediocres y 1 que se destaca por ser más inteligente; básicamente esa es la idea de cómo se distribuyen cualquiera de éstas características. . . .y además estoy teniendo en cuenta que la valoración es relativa, por lo que
siempre se está hablando de una minoría superior - o sea alguien cuya probabilidad estadística de ser encontrado es claramente menor a la mitad.
Ahora el gran disparate de estas poses es que
todas buscan a este ser excepcional al mismo tiempo - ser cuya probabilidad de ser encontrado alguna vez es igual a multiplicar esas diez o veinte cosas que "piden" con cada una probabilidad menor a la mitad (aunque lo de "simpático" en realidad ya apunta a lo que ahora sigue).
De más está decir que la probabilidad de que este personaje les de bola es aún menor teniendo en cuenta que los hombres también tienen exigencias.
Ahora, la necesidad de relacionarse sigue en pie y la mayor parte de los hombres y mujeres son "mediocres" o "deficientes" en la mayor parte de las características.
¿Cómo una mujer explica en sociedad que entregó su cuerpo a un mediocre para sacarse las ganas?. ¿Cómo un hombre le explica a los amigos qué sólo se mete con mujeres feas y estúpidas?.
Ella contesta: "
porque me ha sabido conquistar".
El contesta: "
se hacen todas las difíciles al principio pero soy un Don Juan/ chingón / capo / etc".
En otras palabras, la
conquista sexual/romántica es un vehículo para justificar y posibilitar las relaciones desde la mediocridad y, sobre todo, la vulgaridad (que aluden a lo mismo).
Lo mismo sucede con cierto tipo de salidas los fines de semana, el fútbol y otras cosas harto difundidas y al alcance de todos. La valoración de estas cosas, noto, es feroz y está por encima de la valoración de características contrarias a la vulgaridad (es muuuuuy fácil causar animosidad con un cuerpo de gimnasio, dinero o mayor capacidad intelectual - especialmente entre argentinos; de hecho hay gente que automáticamente pone todo esto en la misma bolsa con "capitalista", "facista". . . y así atacar una bola de conceptos que causan resentimiento.)
Finalmente, la valoración de lo anterior es
feroz porque es establecida así por una mayoría que no conoce la delicadeza pero sí intuye su degradada condición.
. . .y los que no encajamos en esto tenemos una soledad irremediable a nivel conceptual/cultural y, por supuesto, somos todos
nabos y
pelotudos.