Pues nada, resulta que recientemente decidí dar un paso al frente y meterme en la asociación de gays de esta ciudad... Esto que se resume en una frase ha sido un salto mortal brutal para mí. Uf, llegar allí si conocer a nadie, tocar al timbre y conocer a varias personas a la vez, que es de mis mayores miedos (de uno en uno lo llevo más o menos bien, pero los grupos me matan),... Terror, terror.
Pero bueno, pasó el peor momento y aquí estoy, con una vida social un poco más movida gracias al grupo este... y exponiéndome a riesgos a los que no me estaba exponiendo, con la ansiedad que ello supone. Riesgos como hacer actividades en grupo con gente super bromista que non para de tirar inidirectas, hacer dobles sentidos... Me agobia bastante, para qué negarlo, yo no soy tan ingenioso ni tan espontáneo para las bromas, ni me gusta estar constantemente de coña...
Para mayor complicación, creo que un miembro de este grupo se ha interesado por mí... Es un chico muy bueno y simpático, pero todo lo que siento por él es simpatía. Querría de verdad ser su amigo, y siendo sincero, es bonito y halagador que alguien repare en ti, pero me preocupa que cualquier día me diga algo y cualquier posiblidad de amistad se rompa.
Ya ves, la vida. Este chico tiene toda la pinta de ser esa persona fiable y buena que uno busca como pareja, y tenemos algunas cosas en común, y yo sin embargo no siento esa chispa y por el contrario aún recuerdo diariamente al último chico que me rompió el corazón, y aún repentinamente me pongo a llorar al pensar que ya nunca más volverá a mi lado esta persona que una vez fue el centro de mi mundo y que los momentos bonitos son ahora algo evaporado para siempre, como si nunca hubiesen existido... Si pensáramos solo con la cabeza e hiciéramos lo razonable seríamos mucho más felices. Pero no, tenemos que tener un corazón que se agujerea, se parte, crece, se aferra y se destroza. Y el mío sin duda tiene una tendencia a "aferrarse" y hacerse dependiente tan exagerada que sin duda no es normal ni sano psicológicamente.
Una amiga dice que le tengo que dar una oportunidad a este chico aunque no sienta deseo ni chispa por él, porque el amor verdadero surge a la larga, pero francamente yo me puedo imaginar a su lado, y el fantasma del anterior sigue tan vivo para hacer comparaciones odiosas en las que parece que siempre va a ganar por goleada...