Me siento feliz cuando fumo algo de marihuana, todo es un chiste y los músculos de mi cara me duelen después, pero soy feliz, y también he respondido a muchos dilemas deontológicos en ese estado. Yo schadenfreude cuando la humanidad está callada, calladita, al punto de que no interrumpen mi existencia; la razón por la esto no es felicidad sino schadenfreude es que solo la desgracia hace que los humanos se queden callados.
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