Tengo la impresión de que las relacciones dan más trabajo de lo que valen. Dan más problemas que alegrías. Así es como pienso realmente, es mi naturaleza, soy un solitario.
No quiero conversaciones insustanciales, no quiero aparentar lo que no soy, no quiero convertir la vida en una competición. Quiero vivir mi vida a mi manera, tranquilamente y disfrutarla.
La única razón por la que aún estoy intentando cambiar es por las pocas personas que realmente me importan, que se entristezen pensando en que así nunca podré ser féliz de verdad. Es la pescadilla que se muerde la cola, pero como no puedo cambiar la mentalidad de la sociedad entera, pues tendré que ser yo el que cambie.