Hace algunos años leí que Ian Fleming, el autor de los libros de James Bond, prefería vivir en hoteles, para pasar inadvertido y dedicarse a escribir. No tengo talento para la escritura, pero creo que la vida del escritor, sobre todo si se lleva adelante de la manera en la que lo hacía Fleming, es la mejor que puede haber. Viajar permanentemente y describir el mundo. ¿Qué mejor que eso?
Por otra parte, creo que el peor empleo es el de pintor. Hay que aspirar mucho solvente y, con el tiempo, el cerebro sufre daños importantes.
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