Un dios no es más que un ser superior. Existen fuerzas y mecanismos muy superiores a mi, pero no los llamo dioses. Soy ateo.
Creo en la conciencia, porque he experimentado el remordimiento por mis actos cuando he perjudicado a alguien.
Creo en la felicidad y en la tristeza, porque ambas son viejas conocidas.
Creo en la sinceridad, y en lo brutalmente poderosa que puede ser. Para bien o para mal.
Creo en el amor eterno, aunque la eternidad consista en seguir amando a alguien que ha dejado de amarte.
Creo que existo, porque cuando despierto de la nada que es el sueño cuando no sueñas tomo consciencia de mi mismo, de mi cuerpo, de mi mente y mis sentidos, y los reconozco como algo que no es nuevo, aunque todo eso no sea más que moléculas de carbono y reacciones químicas.
Creo en algunas personas, no en muchas pero si en algunas, aun sabiendo que no son infalibles y en que les importo, aun asumiendo que no tanto como ellas a mi.
Creo que todo se puede mejorar, porque hasta yo he podido mejorar algunas pocas cosas.
Creo que un corazón destrozado en mil pedazos se puede recomponer, aunque se queda un poco minusválido pero no comatoso.
Creo en mi gato, que siempre aparece cuando le llamo.
Y creo en los dos cilindros del motor de mi moto, que me sacan del hueco entre dos coches que se cierran justo antes de que el espacio sea insuficiente.
Medio en serio medio en coña, pero puestos a creer..
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