Donde yo vivo hay un hombre que tiene un cargo político que está siempre rojo, pero increiblemente rojo tomate, y él es así, en el fondo casi es mejor porque así nunca te pones rojo, ya lo estás, y ya veis él no tiene ningún problema en dedicarse a un cargo en el que tiene compromisos sociales a mogollón y tiene que figurar por todo y tratar con la gente un montón, y si él no le da importancia ¿quien se la da? para que veáis que la cuestión radica en la importancia que le demos nosotros.