Solo se que llevo un cementerio en la mitad de mi cuerpo, en la mitad, en el nucleo, por donde desfilan un millon de cruces blancas que me inundan la voz, las manos, los pies, los sueños, es como un pequeño y discreto funeral, que llevo a cabo cada mañana al levantarme y al bañarme en silencio y encender un cigarrillo.
Simplemente soy un arbol con las hojas secas tal vez cansadas, totalmente estaticas y deprimidas, esperando a que llegue ese cielo azul tan distante, esa gran mano azul que pueda salvarlas, tal vez brindarles viento, tranquilidad quiza algo de libertad.
Soy un vicio voluntario, una obligacion de un paranoico, un simple error que cometio la naturaleza, un mar seco, tal vez un ser de apariencia sonriente cuando en el fondo esta su dolor.
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