Érase una vez un cuento, yo no intento q lo sea,
vive dentro de tu sueños, mudo, dudo q me creas,
vuelan, como libélulas, perduran para siempre,
se alimentan de la fe desnuda de un niño corriente,
sonriente, sin ninguna duda, sudan de los grandes,
porque nacen con la mente en otra parte,
donde crece el arte, el aire se respira,
huele a rosas, chocolate,
y el paisaje es tan bonito q nadie puede olvidarse,
carpe diem es la ley y enamorarse también,
aquí no hay nadie, sólo tu mente decide que hacer,
no hay nada q temer, q perder q te retiene,
porque el tiempo se detiene y te mantiene como siempre,
quien quiera puede volar, rozar la esfera,
dar la vuelta al sistema solar hasta encontrarla a ella,
luchar contra toda fiera q interfiera en mi camino,
para rescatar princesas en castillos de arena perdidos,
vivo entre los árboles, amándoles, soy parte del entorno,
como gnomos, duendes, animales q duermen en su lomo,
conozco a todos, todas sus historias,
yo les cuento mis canciones si me llega la memoria,
y no hay horas, dólares, collares, valoran la flora,
igual q las personas q afloran, les van a enamorar,
y aquí me quedo, es lo q quiero, desde luego es mi lugar,
entre mis sueños y el empeño de jamás despertar.
|